ROMA, ITALIA, 13 DE AGOSTO DE 2025. Una nueva catástrofe humanitaria ha sacudido las aguas del mar Mediterráneo. Según un reporte de la agencia de noticias Associated Press, una embarcación que transportaba a cerca de un centenar de migrantes naufragó el miércoles 13 de agosto en aguas internacionales cercanas a la isla italiana de Lampedusa. El trágico suceso ha cobrado la vida de al menos 26 personas, mientras que alrededor de una docena más se encuentra desaparecida. Las autoridades de la guardia costera italiana y las agencias de la ONU han confirmado el fatal desenlace.
De los 92 a 97 migrantes a bordo, un total de 60 sobrevivientes fueron rescatados y trasladados a un centro en Lampedusa. Según el portavoz de de la Agencia para los Refugiados ACNUR en Italia, Filippo Ungaro, la embarcación había partido desde Libia. Las operaciones de búsqueda para encontrar a los desaparecidos aún continúan, en una desesperada carrera contra el tiempo.
El recuerdo de tragedias pasadas
Este naufragio evoca la memoria de la mayor tragedia marítima en la historia de la isla, ocurrida el 3 de octubre de 2013, cuando una embarcación con más de 500 migrantes se incendió y volcó, dejando 368 víctimas. Aquel evento provocó una contundente llamada internacional para abordar la crisis migratoria, un clamor que sigue resonando con cada nueva vida perdida en el mar.
Por su parte, el gobierno italiano, liderado por Giorgia Meloni desde octubre de 2022, ha implementado una política de migración enfocada en la reducción de llegadas por vía marítima y el control de las operaciones de rescate. Entre las medidas adoptadas, se ha introducido un Código de Conducta para las ONG que operan barcos de rescate en el Mediterráneo. Este código exige a las embarcaciones dirigirse a un puerto asignado inmediatamente después del primer rescate, en lugar de realizar múltiples rescates en un solo viaje.
Esta política ha llevado a la asignación de puertos más distantes en el norte de Italia, incrementando significativamente el tiempo de viaje para los barcos de rescate. Los datos oficiales muestran un aumento en las incautaciones y detenciones de embarcaciones de ONG que no cumplen con estas normativas. Paralelamente, el gobierno ha fortalecido los acuerdos de cooperación con países del norte de África, como Libia y Túnez, con el objetivo de prevenir las salidas de embarcaciones desde sus costas.
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