Rastrea EE.UU. por satélite el destino de chips superpotentes que exporta a sus aliados

Según informes de primera mano recabados por la Agencia Reuters

13 DE AGOSTO DE 2025. Fuentes de Reuters revelaron que autoridades estadounidenses colocaron dispositivos de rastreo en cargamentos de chips estadounidenses con capacidad para procesamiento de inteligencia artificial, dirigidos a naciones específicas. De esta forma, se buscaría detectar su desvío a China o a a otros destinos no autorizados por el gobierno estadounidense.

Las medidas, descritas a detalle en una pieza de Fanny Potkin, Karen Frefield y Jub Yuan Jong, buscan detectar desviaciones de los lotes de chips rumbo a destinos no autorizados en el marco de la política estadounidense de exportaciones tecnológicas. De acuerdo a Reuters, esta medida específica no había sido reportada públicamente hasta el momento.

En caso de detectarse desviaciones en la ruta de los lotes, estos rastreadores podrían ayudar a construir casos legales contra exportadores que entregaran chips en locaciones no autorizadas.

El reporte de Reuters no detalla si los rastreadores vienen por caja, o por lote, o si cada chip cuenta con su rastreador individual, que sería la única forma en que se podría mantener un control total sobre las posiciones de estos componentes, a costa de una enorme inversión en monitoreo pormenorizado ejecutado mediante tecnología de Internet de las Cosas.

Los candados de Washington en los chips de alta potencia

Durante el periodo de 2024 a 2025, el gobierno de Estados Unidos implementó una serie de medidas regulatorias con el objetivo de controlar la exportación de chips semiconductores de alta potencia, esenciales para el desarrollo de la Inteligencia Artificial (IA). La política se ha centrado en restringir el acceso a esta tecnología a ciertos países, con un enfoque particular en la República Popular China.

Las regulaciones, impuestas por el Departamento de Comercio, establecieron nuevos «requisitos de licencia» para la venta de chips de IA más avanzados, así como para el equipo necesario para su fabricación. Estas medidas se basan en la preocupación por el uso dual de la tecnología, es decir, su potencial aplicación tanto en el ámbito civil como en el militar.

La política busca limitar las capacidades de adversarios tecnológicos de EE.UU. para desarrollar armamento sofisticado, sistemas de vigilancia y otras aplicaciones estratégicas basadas en la IA. Las empresas estadounidenses productoras de estos semiconductores deben ahora cumplir con estrictos protocolos de control y asegurar que sus productos no sean reexportados a destinos prohibidos.

Es importante resaltar que estas medidas unilaterales son posibles gracias al vacío de una autoridad reguladora del comercio internacional, ya que desde hace años, EE.UU. mantiene acéfalo y paralizado el órgano de arbitraje de la Organización Mundial del Comercio.

RENDER: NVDIA

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