Puebla logró reducir en más de 10 puntos porcentuales la pobreza multidimensional en solo dos años, un avance que representa un paso firme hacia el bienestar social, de acuerdo con el más reciente informe del INEGI. Esta mejora se da en un contexto nacional desafiante, pero destaca a la entidad por su capacidad de recuperación y avance social.
De acuerdo con la Medición de Pobreza Multidimensional 2024, elaborada con datos de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH), el porcentaje de poblanos en situación de pobreza bajó de 54% en 2022 a 43.4% en 2024. Esto significa que más de 760 mil personas salieron de condiciones de pobreza en apenas dos años.
Uno de los logros más relevantes es la disminución de la pobreza extrema, que pasó de afectar al 11.4% de la población en 2022 a 7.3% en 2024. Esta cifra equivale a una reducción de más de 284 mil personas en esta condición crítica, lo que representa una mejora significativa en las condiciones de vida de miles de familias poblanas.
El impacto positivo se atribuye a la recuperación económica tras la pandemia, el aumento del salario mínimo y los programas sociales, que han fortalecido los ingresos y las oportunidades, especialmente entre los sectores más vulnerables.
También se observa un avance en la reducción de personas vulnerables por ingresos. Este grupo, que no presenta carencias sociales pero sí bajos ingresos, pasó de representar el 6.7% de la población en 2022 al 5.8% en 2024. Esta mejora refuerza la tendencia positiva hacia una sociedad con mayores oportunidades económicas.
En dimensiones clave como alimentación y vivienda, Puebla ha dado pasos importantes. La carencia por acceso a una alimentación nutritiva y de calidad se redujo de 22.2% a 17%, mientras que la falta de servicios básicos en las viviendas bajó de 27.1% a 18.8%, y la carencia por calidad y espacios en el hogar pasó de 11.4% a 10.7%. Estas cifras reflejan un avance tangible en el entorno cotidiano de miles de hogares.
A pesar de los avances, Puebla aún enfrenta retos importantes que deberán abordarse en los próximos años. El rezago educativo, por ejemplo, aumentó ligeramente y afecta al 22.7% de la población, mientras que el acceso a la seguridad social continúa siendo limitado para más del 67% de los poblanos.
En cuanto a los servicios de salud, aunque hubo una ligera mejoría, aún 47.3% de la población no cuenta con acceso adecuado, lo que coloca a Puebla en el segundo lugar nacional en esta carencia. Mejorar estos indicadores será clave para garantizar un desarrollo verdaderamente equitativo.
El ingreso per cápita mensual en Puebla alcanzó los 5 mil 732 pesos, lo que ubica al estado entre los de menor ingreso en el país. Aunque superior a entidades como Chiapas, Guerrero y Oaxaca, este indicador refleja la necesidad de impulsar empleos mejor remunerados y sostenibles.
Foto: Agencia Enfoque