Dos atentados simultáneos en Colombia dejaron este jueves al menos diez muertos, entre ellos ocho policías y dos civiles, en un nuevo golpe de la violencia ligada al narcotráfico. El presidente Gustavo Petro responsabilizó a facciones criminales vinculadas a las disidencias de las FARC y al Clan del Golfo, a quienes calificó de “terroristas”.
El primer ataque ocurrió en Antioquia, cuando un helicóptero de la Policía fue alcanzado en medio de una operación de erradicación de cultivos de coca en el municipio de Amalfi. La aeronave se incendió tras ser impactada, de acuerdo con información preliminar del Ministerio de Defensa. El gobernador departamental, Andrés Julián, aseguró que el ataque habría sido ejecutado con un dron cargado con explosivos en plena zona cocalera.

De manera paralela, en Cali, un vehículo cargado con explosivos estalló en inmediaciones de la base aérea Marco Fidel Suárez, una de las principales escuelas militares de aviación. El estallido dejó al menos dos civiles muertos y varios heridos. Declaró Petro:
“Estos atentados muestran que el terrorismo es la nueva expresión de facciones dirigidas por Iván Mordisco, sometidas a la junta del narcotráfico. El gobierno pide al mundo que considere a esa junta como una organización terrorista”.
Colombia cerró 2023 con 253 mil hectáreas de coca sembrada, la cifra más alta de su historia, según la Oficina de la ONU contra la Droga y el Delito. Antioquia es uno de los territorios con mayor presencia tanto de las disidencias de las FARC —que no se acogieron al acuerdo de paz de 2016— como del Clan del Golfo, el principal cartel de drogas del país.
El doble ataque ocurre en un contexto complejo para el gobierno de Petro, que ha intentado avanzar en su política de “paz total”.

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