Por Azul Segura
Autodefinida como “honesta, visceral, pasional y única”, Feli Colina, originaria de Salta, Argentina, mezcla el pop experimental, el folclor latinoamericano y el rock, para crear canciones que la conecten con una energía liberadora y divina. Sobre construir eso, como un camino artístico y personal, nos cuenta a continuación:
¿Cómo inició tu vínculo emocional con la música?
Siento que siempre estuvo presente, siempre disfruté de escucharla, de cantar y bailar, desde que soy niña.
Siento que tu proyecto artístico expresa con mucha profundidad como es encarnar la vida desde la pasión, el deseo, lo feroz y la espiritualidad. Lo dices muy claro en la canción “La familia”, en la frase “encarno un deseo”, es una de mis frases favoritas ¿De dónde sacas la fortaleza para sostener este arte tan profundo e intenso?
Creo que la música es muy grata y muy generosa, da mucho más de lo que uno le pide. Para mí el vínculo con ella es uno que se retroalimenta, la música me muestra la magia de la vida y yo le doy toda mi honestidad y mi verdad. A través de ella me entrego a mis propios procesos y ella me recompensa con escenas maravillosas.
Noto que en este proceso creativo hay mucho trabajo corporal. La potencia de tu cuerpo y de tu voz se hacen muy presentes en el escenario. Pienso en la canción “De dónde salió todo eso?”, en ella hay gritos que transmiten la conexión entre la garganta y la boca con tu sistema emocional ¿Cómo comenzó tu deseo por conectar tu cuerpo con tu arte?
Aún sigo explorando la conexión con todo mi cuerpo. Creo que comenzó a mis 16 años, cuando conocí a un grupo de bailarinas que estaban muy en contacto con las posibilidades de su cuerpo. También escuchando a Chabela aullar, a Lennon haciendo ruidos y onomatopeyas, y escuchando música que contenía esto, vino mi propia necesidad de expresión, siempre con el objetivo mayor de conocerme y expresarme con todo lo que mi cuerpo me brinde.
¿Qué ha implicado expresar con tu cuerpo?
Me implicó derribar juicios propios y ajenos, todavía lucho con la vergüenza cada que me subo a un escenario, pero esa lucha vale la pena.
Relacionado a lo anterior, me gusta mucho la libertad con la que usas tu voz en esa canción, ¿cómo lograste esa expresión?
En la creación de arreglos y la producción de ese tema “De dónde salió todo eso?”, estaba con un grupo de amigos que me alentaron a encontrar esa manera honesta de decir. Estuvimos un buen rato tocando y tocando y buscándola. Me decían “no te creo”, decímelo de verdad. Tomamos vino, nos desnudamos (risas), sin ningúna connotación sexual, solo con el deseo de conectar con lo tribal y lo instintivo, para poder pegar esos gritos.
¿Qué sientes cuando tu voz ocupa todo el espacio del recinto en el que te estás presentando y atrapa totalmente la atención de lxs asistentes?
Es muy emocionante escuchar cómo la voz retumba en un lugar a través del micrófono, me pasa cuando canto yo y también cuando escucho a otras personas cantar a través de un micrófono o de una voz completa. El hecho de que mi voz atrape a los asistentes es un deseo y un desafío cada vez que hablo. Me pide conectarme con mi espíritu y tratar de no pensar en nada, solo en externarme y frontalizarme. Es el desafío más hermoso del mundo, tratar de conectar a todos los presentes.
En una entrevista escuché que fuiste a una universidad cristiana y también leí que Salta es una ciudad en la que gran parte de su población es católica. Percibo la influencia de esta religión en tu proyecto artístico, a veces de manera explícita como en “GLORIA”, pero también de manera implícita, en ritmos que suenan como alabanzas ¿Por qué retomas la religión y la fe en tu música?
Sí, así es, vengo de una ciudad muy conservadora y tuve educación cristiana toda la vida. Siempre me atrajo artísticamente, siempre me parecieron hermosas las iglesias, las procesiones y las manifestaciones de fe. Pasa algo parecido en un show en vivo, la gente conecta con una palabra, con una emoción y siempre me conmovió eso. La poesía, la manera en la que están escritos los rezos y las oraciones de muchas religiones me parecen muy poéticas. Me encanta el judaísmo, el budismo, la filosofía del Tao. Soy una gran admiradora de Jesús, lo estudio, leo evangelios apócrifos y trato de entender qué quería explicarnos este gran filósofo de la humanidad. La espiritualidad ocupa el noventa porciento de mi interés, es lo que más me interesa. La música me ayuda a conectar con el todo, con el flujo de la vida y con esta plasticola que nos mantiene unidos, que yo le llamo Dios. Por eso me hace sentido cantar canciones como “Gloria”, porque para mí le canta la energía universal, a la fuente universal.
¿Crees que, paradójicamente, conectar tu arte con lo religioso ha sido una manera de hacerle frente al conservadurismo?
Sí, es gracioso, puede ser contradictorio con lo que se espera de una mujer en estos ambientes conservadores. Yo no soy muy consciente de qué reglas sigo y cuáles rompo, eso me ha traído buenas y malas pasadas, pero dícese de mí, que tengo una postura irreverente.
¿Cómo se siente habitar la libertad en tu música y tu arte?
La búsqueda de la libertad es una de mis grandes pasiones y ahí conectamos a la música y a Jesús. Pienso que la única cárcel es la autoimpuesta; a través de la música, la poesía, la expresión, la espiritualidad y la conexión con las personas voy identificando los barrotes de esta cárcel que está en mis juicios y en mis percepciones. Estoy en constante lectura sobre de qué se tratan los barrotes de esta cárcel, siempre intentando ser un poquito más libre. La música siempre es un lugar para eso, porque me conozco y conozco el mundo a través de ella.
¿Con qué distintas versiones de Feli Colina te has encontrado desde “Feroza” hasta “Lxs infernales”?
Me encontré con muchas Felis en todo este camino, como en toda la vida. Yo no sé bien cómo hace esa gente que separa a su artista de su persona, yo las tengo muy entrelazadas. Creo que cada vez estoy un poco más en calma conmigo misma. Igual creo que la ira ha sido un auto que me lleva a pasear por distintos lugares de mí. Cada vez estoy más en paz y me conozco más, entonces puedo expresarme de una manera más asertiva, creo que cada vez soy más yo.
¿En qué proyectos estás trabajando ahorita?
Estoy haciendo mi próximo disco, se llama “La otra mejilla” y me tiene entusiasmadísima. Ya estoy en proceso de mezcla, me encantaría estar lanzándolo a fines de octubre o noviembre, estoy ahí, entregada al proceso. Después voy a estar paseando, voy a ir a España, me parece que en noviembre, voy a ir a México y voy a estar por algunas provincias de acá de Argentina, por Uruguay y por Montevideo. Pero bueno, mientras tanto terminando este proyecto que estaré presentando a toda voz el año que viene.
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Fotografía: Redes












