En medio de la investigación oficial sobre las muertes de dos marinos, el senador panista Marko Cortés ha señalado sin evidencias sólidas que ambos fueron ejecutados para proteger a los líderes del huachicol fiscal en México. Estas declaraciones, hechas durante una sesión del Senado, carecen de fundamentos comprobados y podrían entorpecer el trabajo de las autoridades.
Cortés ha puesto en duda las versiones oficiales que apuntan a un suicidio y un accidente durante un entrenamiento, alegando que es “muy sospechoso” que los dos marinos estuvieran relacionados con casos de huachicol fiscal. Sin embargo, no presenta pruebas concretas que respalden estas afirmaciones, limitándose a sostener que “fueron ejecutados para callar evidencia”, lo que puede alimentar teorías infundadas y generar desconfianza en las instituciones.
Por su parte, la Fiscalía General de la República (FGR) mantiene abierta la investigación sobre las muertes de los capitanes Abraham Jeremías Pérez Ramírez y Adrián Omar del Ángel Zúñiga, quienes efectivamente estaban bajo sospecha por posibles vínculos con una red de huachicol fiscal. No obstante, la presidenta Claudia Sheinbaum ha confirmado que uno de ellos se suicidó y el otro falleció en un accidente durante una práctica de tiro, reiterando la necesidad de respetar el proceso y a las víctimas.
El suicidio confirmado y el accidente registrado deben ser analizados con profesionalismo y sin caer en especulaciones que no contribuyen a la verdad. La insistencia en acusar sin evidencias puede desviar la atención de la verdadera problemática: la corrupción y el contrabando de combustible, que requieren una investigación seria y exhaustiva.
Además, la acusación directa de que los marinos fueron “ejecutados para proteger a los verdaderos jefes del huachicol” puede poner en riesgo la seguridad y la reputación de las personas involucradas y de las instituciones, generando polarización política en un momento en que la colaboración es necesaria.
En definitiva, mientras la FGR continúa con las investigaciones, es vital evitar las teorías conspirativas que no aportan información concreta y solo contribuyen a la desinformación. La muerte de estos marinos es un asunto delicado que debe ser tratado con rigor y respeto, lejos de declaraciones sin sustento que ponen en duda la integridad del trabajo oficial.
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