Más de medio millón de personas salieron este jueves a las calles de Francia para protestar contra las políticas del presidente Emmanuel Macron y de su recién nombrado primer ministro, Sébastien Lecornu, en una jornada marcada por huelgas, bloqueos y enfrentamientos con la policía.
Las manifestaciones, que se extendieron por París, Lyon, Rennes y otras ciudades, expresaron el rechazo a los planes de ajuste fiscal que buscan reducir el déficit mediante recortes al gasto público. Los opositores exigen que el gobierno incremente los impuestos a grandes fortunas y empresas, en lugar de afectar a trabajadores, estudiantes y jubilados.

Las movilizaciones coincidieron con el “bautismo de fuego” de Lecornu, quien apenas asumió el cargo la semana pasada. Aunque ha anunciado medidas simbólicas como la eliminación de beneficios vitalicios a exministros, sindicatos y organizaciones sociales lo acusan de seguir la misma línea “proempresarial” de Macron.
La policía desplegó cerca de 80 mil agentes en todo el país. En París se registraron enfrentamientos, uso de gas lacrimógeno y 181 detenciones. La CGT, uno de los sindicatos convocantes, reportó más de un millón de participantes, el doble de las cifras oficiales.

Las huelgas afectaron el transporte público y servicios ferroviarios, aunque el Metro de París mantuvo en operación sus líneas automatizadas. Trabajadores ferroviarios irrumpieron en la sede del Ministerio de Economía en protesta contra el plan de austeridad.
Lecornu busca aprobar un presupuesto que reduzca el déficit, pero enfrenta un Parlamento fragmentado y creciente presión en las calles.

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