A días de que termine septiembre, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) en Puebla aún no ha publicado la convocatoria para renovar su dirigencia estatal, una muestra más de la falta de voluntad democrática y apertura hacia sus militantes. Fuentes internas revelan que la dirigencia nacional decidió aplazar esta convocatoria hasta después de noviembre, una maniobra que busca mantener el control desde arriba y evitar que las bases del partido tengan voz en la elección.
El actual dirigente interino, Juan José Castro Justo, continúa en el cargo en medio de una crisis interna que el PRI parece no querer resolver. Esta prórroga no solo prolonga un liderazgo impuesto, sino que también evidencia la incapacidad del partido para abrir espacios de diálogo y participación auténtica entre sus militantes, quienes han sido ignorados en un proceso marcado por la incertidumbre y la falta de transparencia.
Los aspirantes al liderazgo —entre ellos la diputada local Delfina Pozos Vergara, la legisladora federal Xitlalic Ceja García y el grupo conocido como los “lenchos”— representan distintos grupos de poder, pero la dirigencia nacional prefiere evitar que estos sectores se disputen legítimamente la dirigencia, prefiriendo imponer un dirigente que pueda manejar el partido a conveniencia hasta 2027.
Esta decisión refleja la profunda desconexión del PRI con sus bases en Puebla, que ya sufren las consecuencias de la salida masiva de militantes hacia otros partidos como Movimiento Ciudadano. Más que renovar y revitalizar el partido, el aplazamiento confirma que la dirigencia nacional apuesta por la continuidad de estructuras cerradas y poco democráticas.
Aunque desde el comité estatal se había señalado que la convocatoria saldría “pronto”, la falta de fechas concretas y el retraso en la reestructuración interna confirman que el proceso no busca la participación abierta sino más bien mantener el statu quo.
En un momento crucial para el PRI en Puebla, esta postura autoritaria y cerrada pone en riesgo la viabilidad del partido y refleja su crisis interna, que podría tener consecuencias graves en las elecciones de 2027.
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