El presidente nacional del Partido Acción Nacional (PAN), Jorge Romero Herrera, lanzó un llamado a la presidenta Claudia Sheinbaum para que establezca una postura clara frente al llamado «huachicol fiscal», un delito que, según el líder panista, representa un fraude histórico con impacto directo en la economía nacional.
Romero comparó la magnitud de esta red de contrabando de combustibles con otros escándalos de corrupción del pasado reciente, y aseguró que su alcance supera incluso al caso de Segalmex, emblemático durante la administración anterior.
El dirigente señaló que este fenómeno no puede verse como un conjunto de hechos aislados, sino como una red delictiva compleja y estructurada, en la que estarían implicados exfuncionarios, empresarios y elementos de seguridad, así como grupos criminales como La Barredora y el clan Carmona.
Uno de los hechos que más respaldo da a su acusación es la reciente detención de Hernán Bermúdez Requena, exsecretario de Seguridad de Tabasco y presunto líder de La Barredora, quien fue aprehendido el pasado 12 de septiembre.
Romero estimó que el huachicol fiscal genera pérdidas anuales superiores a los 200 mil millones de pesos, recursos que, a su juicio, podrían haberse destinado a servicios esenciales como salud, educación y seguridad pública. Según el presidente del PAN, lo que se está dejando de invertir en medicinas, escuelas o patrullas es responsabilidad directa de este tipo de redes delictivas.
En su posicionamiento, instó a la presidenta Sheinbaum a tomar una decisión clara: deslindarse de estos hechos con acciones contundentes o, de lo contrario, arriesgarse a ser vista como cómplice de uno de los mayores actos de corrupción en la historia reciente del país.
A pesar de que Jorge Romero, como presidente del PAN, denuncia con vehemencia el huachicol fiscal y desafía a Claudia Sheinbaum a tomar una postura firme contra la corrupción, el partido que representa enfrenta cuestionamientos serios sobre su propia credibilidad. El PAN ha sido señalado en múltiples ocasiones por prácticas opacas dentro del llamado “cártel inmobiliario”, un entramado de intereses ligados a negocios y especulación que también afecta a la sociedad.
Además, no se puede ignorar que durante el sexenio panista de Felipe Calderón, su secretario de Seguridad, Genaro García Luna, fue detenido y procesado por supuestos nexos con el narcotráfico, un hecho que golpea la imagen del partido en materia de combate al crimen organizado. Esta doble cara genera un evidente contraste entre la crítica que hacen al gobierno actual y las sombras que aún persisten dentro de su propia historia política.
Así, mientras el PAN exige transparencia y acciones contundentes contra el huachicol fiscal, también debe enfrentar la responsabilidad de limpiar su propia casa para evitar caer en el mismo juego de la hipocresía y la desconfianza pública.
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