En un giro inesperado en su postura sobre el conflicto en Europa del Este, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, afirmó este martes que Ucrania está en condiciones de ganar la guerra contra Rusia y recuperar los territorios ocupados, siempre que cuente con el apoyo de la Unión Europea y la OTAN.
“(Ucrania) tiene un gran espíritu y cada vez mejor, podrá recuperar su país en su forma original y, quién sabe, ¡quizás incluso ir más allá! Putin y Rusia están en graves problemas económicos, y este es el momento de que Ucrania actúe”, escribió Trump en su plataforma Truth Social, tras reunirse en Nueva York con el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.
Las declaraciones marcan un viraje en la estrategia de Trump, quien durante meses intentó mediar entre Zelenski y el presidente ruso, Vladímir Putin, para poner fin a la guerra. Ahora, el mandatario estadounidense sostiene que Moscú atraviesa un desgaste militar y económico que podría inclinar la balanza a favor de Kiev.
Trump también confirmó que Estados Unidos seguirá suministrando armas a la OTAN para fortalecer la defensa de Europa y no descartó apoyar acciones contra aeronaves rusas que violen el espacio aéreo de países aliados, aunque dijo que su respaldo dependerá de las circunstancias.
Por su parte, Zelenski pidió a Estados Unidos y China que utilicen su influencia para presionar a Rusia hacia un alto el fuego. “Si China de verdad quisiera parar esta guerra, podría obligar a Moscú a acabar con la invasión”, dijo el líder ucraniano en el Consejo de Seguridad de la ONU.
La Unión Europea celebró el cambio de postura de Trump. La alta representante para Asuntos Exteriores, Kaja Kallas, calificó las declaraciones como “muy contundentes” y subrayó que es el momento de “dejar de comprar energía rusa y apoyar que Ucrania gane la guerra”.
La OTAN, por su parte, advirtió que responderá a cualquier nueva incursión aérea rusa sobre territorio aliado. En los últimos días, varios drones y cazas fueron detectados en el espacio aéreo de Polonia, Rumanía, Estonia y Dinamarca, obligando incluso al cierre de aeropuertos en Copenhague y Oslo.
Con esta nueva postura de Washington, el conflicto en Ucrania podría entrar en una fase más agresiva, con un mayor respaldo político y militar occidental para Kiev y una presión creciente sobre el Kremlin en el terreno económico y diplomático.
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