Netanyahu sube a dar discurso en la ONU; delegaciones lo abuchean antes de abandonar la sala

La Unión Europea evalúa sanciones comerciales contra Israel por la ofensiva

El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, fue el encargado de abrir la última jornada de discursos en la Asamblea General de la ONU. Sin embargo, su intervención estuvo marcada por un fuerte aislamiento diplomático, ya que una docena de delegaciones abandonaron el recinto al momento de su entrada al podio, como acto de repudio a la ofensiva militar israelí sobre la Franja de Gaza.

Representantes de países como España, Colombia, Rusia, Irán, Sudán del Sur y Barbados decidieron no presenciar el discurso, uniéndose a una acción colectiva que fue recibida con aplausos desde las gradas del segundo nivel del auditorio. La escena fue registrada en videos que rápidamente se viralizaron en redes sociales.

Durante su intervención, Netanyahu defendió las acciones del Ejército israelí, afirmando que su gobierno ha advertido a la población civil palestina antes de realizar ataques militares, y que ninguna otra fuerza armada en el mundo ha tomado tantas medidas para minimizar bajas civiles. Según él, cada pérdida humana representa una tragedia para Israel.

No obstante, las cifras de víctimas en Gaza superan las 65 mil personas, y organismos como la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA) han alertado sobre una crisis humanitaria sin precedentes. De acuerdo con el organismo, uno de cada tres niños en Gaza no ha comido en 24 horas, y la mayoría sufre de trastornos del sueño, además de que casi uno de cada cinco ha dejado de hablar.

Netanyahu negó la existencia de hambruna en el territorio, contradiciendo los datos proporcionados por agencias internacionales. Además, reiteró que Israel no permitirá la creación de un Estado palestino bajo las condiciones actuales, comparando esta posibilidad con permitirle a un grupo terrorista tener estatus soberano.

En su discurso, el mandatario israelí también apuntó contra Irán y sus aliados regionales, señalándolos como amenazas globales que no solo buscan destruir a Israel, sino imponer el fanatismo religioso en el mundo moderno. Aseguró que su país tiene el derecho y el deber de continuar su lucha contra Hamas.

La presencia internacional en la sala también reflejó el distanciamiento político que enfrenta el gobierno israelí. Ni Estados Unidos ni Reino Unido enviaron a sus representantes de más alto nivel, aunque sus delegaciones sí permanecieron durante el discurso. La representación estadounidense ha sido uno de los principales apoyos diplomáticos para Israel, a pesar del creciente descontento internacional.

En paralelo al discurso, decenas de manifestantes se congregaron en las inmediaciones de la sede de la ONU en Nueva York, ondeando banderas palestinas y exigiendo el fin de lo que consideran un genocidio. El rechazo hacia Netanyahu no solo se sintió dentro de la sala, sino también en las calles.

Durante su intervención, el primer ministro mostró un mapa titulado “La Maldición” y portó un pin con un código QR que dirigía a un sitio web centrado en los acontecimientos del 7 de octubre. Según su oficina, Israel incluso intentó transmitir su discurso directamente a Gaza mediante altavoces y a través de los dispositivos móviles de sus habitantes, aunque no se confirmó si esta operación se concretó.

Netanyahu también aprovechó para elogiar al presidente Donald Trump, a quien considera uno de sus mayores aliados estratégicos. Aseguró que, mientras algunos gobiernos han cedido a las presiones internacionales para reconocer al Estado palestino, Israel no lo hará, y tildó esas decisiones de promover el antisemitismo y alentar ataques contra civiles judíos.

La jornada se desarrolló en medio de un contexto internacional en el que varios países han anunciado el reconocimiento de Palestina como Estado independiente, y la Unión Europea evalúa posibles sanciones económicas contra Israel. La Asamblea General de la ONU, por su parte, aprobó recientemente una resolución simbólica en la misma dirección.

Con este discurso, Netanyahu buscó defender la legitimidad de las acciones de su gobierno, pero el creciente aislamiento internacional y las protestas evidencian una pérdida de respaldo global que podría afectar las próximas decisiones diplomáticas en torno al conflicto.

Foto: Redes

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