Washington. Estados Unidos inició un cierre administrativo del gobierno a partir del 1 de octubre, luego del fracaso de la última votación en el Senado para aprobar el presupuesto. Esta parálisis es la primera en casi siete años y afectará la mayoría de los servicios federales.
La Casa Blanca envió a las agencias gubernamentales instrucciones para un cierre ordenado, ante la imposibilidad de demócratas y republicanos de consensuar la ley H.R. 5371, que establece el plan presupuestario anual.
A pesar de las intensas negociaciones, los legisladores no lograron financiar al gobierno más allá del 30 de septiembre, fecha de cierre del año fiscal. Los republicanos intentaron aprobar un financiamiento temporal aprobado por la Cámara de Representantes, pero no consiguieron los votos necesarios del bloque demócrata.
El shutdown afectará a cientos de miles de trabajadores federales. Los empleados esenciales, incluidos militares, continuarán laborando sin recibir sueldo, mientras que aproximadamente 750 mil trabajadores no esenciales serán suspendidos temporalmente, generando pérdidas cercanas a 400 millones de dólares.
El desacuerdo se centra principalmente en la atención sanitaria. Los demócratas exigen renovar los subsidios del programa Obamacare y revertir los recortes de Medicaid incluidos en la reforma fiscal de Trump.
El mandatario Donald Trump defendió la postura republicana: “Ellos van a cerrarlo, no nosotros. No queremos cerrar porque estamos viviendo el mejor periodo que se conoce”.
El cierre anterior bajo Trump, en 2018-2019, duró 35 días y redujo el PIB estadounidense en 11 mil millones de dólares. Analistas prevén que cada semana de parálisis podría restar 0.2 puntos porcentuales al crecimiento económico.
El líder de la minoría demócrata en la Cámara de Diputados, Hakeem Jeffries, afirmó: “Tenemos la voluntad y la capacidad de encontrar un acuerdo bipartidista… pero no apoyaremos un proyecto de ley republicano que desmantela el sistema sanitario estadounidense, ni ahora ni nunca”.
Con elecciones legislativas previstas para 2026, ambas fuerzas políticas mantienen posturas firmes y contrapuestas, lo que complica la resolución del conflicto presupuestario y amenaza la estabilidad económica y social del país.
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Fotografía: Simon Abranowicz