El gobierno de México decidió posponer la aprobación del incremento de aranceles a más de mil 500 productos importados de China y otros países asiáticos, luego de las críticas de Pekín y las advertencias sobre su posible impacto económico. La presidenta Claudia Sheinbaum confirmó que su administración revisará la propuesta antes de que sea votada en el Congreso. Declaró la mandataria:
“Dado que China planteó que no está de acuerdo y que sería bueno tener una mesa de trabajo, estamos teniendo esas mesas con distintos países para ver si adecuamos lo que presentamos al Congreso para su aprobación durante este año”.
La iniciativa, enviada a la Cámara de Diputados a inicios de septiembre, contempla incrementos de hasta 50% en los aranceles para automóviles, textiles, ropa, plásticos, acero y otros bienes provenientes de países con los que México no tiene tratados comerciales, como China, Corea del Sur, India, Indonesia, Rusia, Tailandia y Turquía.
Según la Secretaría de Hacienda, el plan original proyectaba ingresos adicionales por 3 mil 760 millones de dólares (unos 70 mil millones de pesos), que formarían parte del presupuesto de 2026. Sin embargo, su retraso podría generar un vacío fiscal, reconocen fuentes legislativas.
China —el segundo socio comercial de México después de Estados Unidos— criticó duramente la propuesta al advertir que afectaría la confianza de los inversionistas y amenazó con tomar medidas para “defender sus derechos e intereses legítimos”.

Ante ese escenario, Ricardo Monreal, coordinador de Morena en San Lázaro, confirmó que el Congreso hará “una pausa” para revisar el plan “con mucha seriedad” y que su discusión podría retomarse hacia finales de noviembre.
Fuentes de Morena señalaron que los legisladores no aprobarían los aranceles en su forma actual y que el proyecto deberá “suavizarse” para evitar afectaciones a los consumidores y a la industria nacional, en especial al sector automotriz.
La propuesta contempla elevar los impuestos a los vehículos ligeros del 15% actual a un rango de entre 20% y 50%, y los de autopartes del 0–35% a entre 10% y 50%. Analistas prevén que los autos eléctricos fabricados en China —principalmente de marcas como BYD y Tesla— serían los más perjudicados.
Aunque el gobierno mexicano defiende que el aumento busca proteger la producción nacional, el debate ocurre en un contexto de crecientes presiones de Estados Unidos para que México reduzca sus vínculos económicos con China, de cara a la revisión del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) prevista para 2026.
Un legislador de Morena reconoció que el tema genera preocupación por un posible aumento en los precios al consumidor y afectaciones a las empresas locales. En el mediano plazo, dijo, México podría alinearse con Estados Unidos y Canadá para aplicar aranceles coordinados frente a productos chinos.
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