El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, emprendió este domingo una visita oficial a Israel y Egipto, en el marco de los esfuerzos internacionales por detener la escalada del conflicto en la Franja de Gaza. El viaje, calificado por el mandatario como un momento significativo, busca impulsar el diálogo con líderes regionales y explorar posibles soluciones diplomáticas a la crisis humanitaria y militar que se vive en la zona.
La comitiva presidencial partió desde la Base Conjunta Andrews, cerca de Washington, bajo un clima lluvioso que no impidió el despegue del Air Force One. El desplazamiento fue acompañado por figuras clave de la política exterior y la seguridad nacional, lo que subraya el carácter estratégico de la visita. Entre los acompañantes se encuentran el secretario de Estado, Marco Rubio; el secretario de Defensa, Pete Hegseth; y el director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), John Ratcliffe.
De acuerdo con fuentes oficiales, la agenda de Trump incluye reuniones privadas con autoridades israelíes y egipcias, donde se espera discutir vías para frenar las hostilidades entre Israel y Hamas, así como coordinar esfuerzos humanitarios. Aunque no se han revelado detalles específicos de los encuentros, la presencia de altos funcionarios sugiere que se tratarán temas de inteligencia, cooperación militar y asistencia internacional.
Washington ha reiterado su intención de desempeñar un papel activo en la resolución del conflicto, y esta visita se interpreta como un intento por reforzar su influencia directa en la región. La comunidad internacional sigue atenta a los resultados de este viaje, que podría marcar un giro en la política exterior estadounidense respecto al conflicto en Medio Oriente.
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