Trump presume haber “terminado ocho guerras”, pero los hechos muestran otra realidad

Los acuerdos que promueve apenas han iniciado y enfrentan el riesgo de colapsar en medio de tensiones regionales y negociaciones inconclusas.

El presidente estadounidense exagera los logros de su política exterior mientras se celebra un frágil alto al fuego entre Israel y Hamas. Expertos advierten que los conflictos siguen sin resolverse y algunos apenas entran en fase de negociación.

Durante su visita al Parlamento israelí, Donald Trump proclamó que había logrado poner fin a ocho guerras en sus primeros meses de gobierno. El discurso, pronunciado tras el reciente intercambio de rehenes entre Israel y Hamas, fue presentado como un triunfo personal por la paz.

Después de tantos años de guerra y peligro, hoy los cielos están en calma”, dijo Trump ante la Knéset, asegurando que su mediación llevó “la paz a una tierra santa”. Sin embargo, los hechos contradicen la magnitud de sus declaraciones.

Un alto al fuego frágil en Gaza

El acuerdo impulsado por Washington contempla la liberación de rehenes en Gaza, la excarcelación de cientos de presos palestinos y una retirada parcial de tropas israelíes de las principales ciudades del enclave. Aunque se considera un paso relevante, no significa el fin del conflicto ni garantiza la creación de un Estado palestino.

Trump participó después en una “Cumbre por la Paz” en Egipto junto a otros líderes mundiales. Afirmó que el documento firmado era “muy completo”, aunque no se revelaron sus detalles. La siguiente fase incluirá la reconstrucción de Gaza y la desmilitarización de Hamas, además de un eventual retiro total de las fuerzas israelíes.

Disputas sin resolver: Irán, Etiopía, India y más

Entre los conflictos que Trump asegura haber terminado figura el enfrentamiento entre Israel e Irán, que derivó en ataques a instalaciones nucleares iraníes. Si bien analistas como Evelyn Farkas del Instituto McCain reconocen que el republicano ayudó a detener la ofensiva, subrayan que la tensión entre ambos países persiste.

También mencionó haber resuelto la disputa por la presa del Renacimiento entre Etiopía y Egipto, aunque especialistas como Lawrence Haas aclaran que “no puede considerarse una guerra, sino un desacuerdo diplomático prolongado”.

En India y Pakistán, Trump se atribuyó la mediación de un cese al fuego tras enfrentamientos en Cachemira. Aunque el gobierno pakistaní le agradeció públicamente, India negó cualquier intervención estadounidense.

Conflictos en África y los Balcanes

El mandatario también presume logros en los diálogos entre Rwanda y la República Democrática del Congo, donde persisten más de cien grupos armados en lucha por el control mineral del este congoleño. El acuerdo firmado en Washington no incluyó al grupo rebelde M23, uno de los actores principales, lo que limita su efectividad.

En los Balcanes, Trump enlistó la paz entre Serbia y Kosovo, pese a que no existía una amenaza bélica inmediata y que los compromisos firmados años atrás no se han materializado.

Finalmente, el republicano se atribuyó haber detenido un enfrentamiento fronterizo entre Tailandia y Camboya, conflicto que fue resuelto principalmente gracias a la mediación de Malasia. Analistas coinciden en que la presión comercial de Estados Unidos ayudó al diálogo, pero no fue decisiva.

Entre el relato y la realidad

A pesar de sus proclamas, Trump ha inflado su papel en conflictos internacionales, presentando tensiones diplomáticas o treguas temporales como victorias históricas. Expertos advierten que la mayoría de esos procesos siguen abiertos y que la supuesta “era de paz” proclamada por el presidente es más una narrativa política que un logro diplomático comprobable.

También puedes leer: Trump proclama el “fin de la guerra en Gaza” y firma histórico acuerdo junto a Egipto, Catar y Turquía.

Fotografía: Redes

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