Por tercera vez en el año, habitantes de San Miguel Xoxtla impidieron la instalación de tuberías cerca del pozo número cuatro, ante el temor de que el agua sea desviada para abastecer a la ciudad de Puebla.
Los hechos ocurrieron la tarde del martes 14 de octubre, cuando colectivos y vecinos de Xoxtla se manifestaron contra las obras impulsadas por la presidenta municipal Guadalupe Ortiz Pérez, lo que generó tensión en la zona.
El malestar aumentó cuando personal de Agua de Puebla para Todos y del Sistema Operador de los Servicios de Agua Potable y Alcantarillado de Puebla (SOAPAP) llegó al pozo con maquinaria pesada para iniciar los trabajos.
Los pobladores señalaron que días antes se había acordado suspender las obras para buscar un acuerdo, pero acusaron a la alcaldesa de incumplir su palabra y reanudar los trabajos sin consenso.
Ante la protesta, el gobierno municipal envió elementos policiales para controlar la situación. Durante el forcejeo, una mujer fue empujada por un uniformado, lo que provocó que ambos cayeran al suelo.
Además del uso de la fuerza, los manifestantes denunciaron que las autoridades instalaron presuntamente bloqueadores de señal para incomunicarlos y evitar el acceso a internet.
Este conflicto no es nuevo en el municipio. El pasado 9 de octubre, los habitantes ya habían frenado el desarrollo de las obras en el mismo pozo, advirtiendo que permanecerían atentos para evitar la colocación de tuberías.
Desde hace tiempo, los vecinos han denunciado la presunta privatización del agua por parte de la empresa Concesiones Integrales y el Ayuntamiento, al asegurar que el 50% del líquido del pozo cuatro se transfiere a la capital poblana.
Aunque han exigido a la alcaldesa revocar la concesión firmada por 30 años con Agua de Puebla, Guadalupe Ortiz ha evitado pronunciarse, pese a reconocer que el 40% de la comunidad carece del servicio.
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Fotografía: Redes