El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció este sábado la destrucción de un “gran submarino” cargado con fentanilo y otras drogas ilegales, el cual —según afirmó— se dirigía hacia territorio estadounidense por una ruta marítima “bien conocida” del narcotráfico.
A través de su cuenta en Truth Social, el mandatario republicano compartió un video del operativo, que describió como un ataque exitoso contra un grupo de “narcoterroristas”. De acuerdo con su versión, cuatro personas viajaban a bordo del navío: dos murieron durante la acción y dos sobrevivieron, identificados como ciudadanos de Ecuador y Colombia que, dijo, serán deportados para ser procesados judicialmente en sus países.
“La inteligencia estadounidense confirmó que este navío estaba cargado principalmente con fentanilo y otras drogas ilegales”, escribió Trump al presentar las imágenes del ataque.
El anuncio se suma a una serie de bombardeos estadounidenses en el mar Caribe realizados desde inicios de octubre como parte de una operación denominada “anticárteles”, que hasta ahora habría dejado al menos 27 muertos. Sin embargo, varios gobiernos latinoamericanos —entre ellos los de Colombia, Brasil y Venezuela— han cuestionado la legalidad de estas acciones, calificándolas como “ejecuciones sumarias” y advirtiendo que violan el derecho internacional.
Expertos de Naciones Unidas también han pedido explicaciones a Washington por la falta de transparencia en los operativos y la ausencia de coordinación con los países de la región.
Venezuela denuncia “agresión armada”
En respuesta, el presidente venezolano Nicolás Maduro acusó a Estados Unidos de desplegar una “agresión militar encubierta” en aguas cercanas a su territorio, bajo el pretexto de combatir el narcotráfico.
“Nuestro país está siendo víctima de una guerra multiforme orquestada desde Washington para imponer un gobierno títere y robar nuestros recursos naturales”, afirmó Maduro recientemente.
Caracas sostiene que no existe evidencia que respalde las acusaciones de la Casa Blanca sobre la supuesta participación del gobierno venezolano en un cártel del narcotráfico, mientras crecen las tensiones diplomáticas por la presencia militar estadounidense en la región.
El ataque al supuesto “submarino narco” marca una nueva escalada en la política de seguridad de Trump, que combina mensajes de mano dura con operaciones militares extraterritoriales cada vez más controversiales.
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