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Profepa identifica 275 fuentes de contaminación industrial en Puebla

Más de un centenar de empresas están en la capital; sólo cinco fueron clausuradas entre 2021 y 2022 por incumplir la ley ambiental.

La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) tiene identificadas 275 fuentes significativas de contaminación en el estado de Puebla, provenientes de 122 industrias y comercios, de acuerdo con información publicada en la Plataforma Nacional de Datos Abiertos.

La mayoría de estas fuentes contaminantes se concentran en la zona metropolitana de Puebla, donde las actividades industriales y de servicios han aumentado de forma sostenida durante la última década.

Industria química, plásticos y transporte: los principales focos de contaminación

Según la información de Profepa, 204 de estas fuentes corresponden a empresas clasificadas como “generadoras de residuos peligrosos”, un rubro que incluye plantas dedicadas a la producción de químicos, plásticos, pinturas, textiles y componentes electrónicos.

El resto está vinculado a sectores como transporte de carga, servicios de manejo de residuos, refresqueras, empacadoras y productoras de hielo, que acumulan otras 27 fuentes contaminantes.

Estas industrias operan principalmente en los municipios de Puebla capital, Huejotzingo, Oriental, San Andrés Cholula, Tehuacán, Tlatlauquitepec, Amozoc, San Martín Texmelucan y San Pedro Cholula, considerados los corredores industriales más activos del estado.

La capital poblana concentra 104 de las 275 fuentes contaminantes, lo que representa el 37.8 por ciento del total, reflejando la presión ambiental que sufre la zona urbana y metropolitana.

Clausuras mínimas y cumplimiento parcial

A pesar de este alto número de focos contaminantes, la Profepa sólo clausuró cinco industrias en Puebla entre 2021 y 2022 por incumplimientos a la Ley General de Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente.

Durante el mismo periodo, únicamente 22 empresas acreditaron haber cumplido con las disposiciones ambientales vigentes, lo que evidencia una fiscalización limitada y una brecha entre la normativa y su aplicación efectiva.

Especialistas ambientales han advertido que el monitoreo industrial en Puebla requiere fortalecerse, pues la contaminación de aire, agua y suelo tiene efectos acumulativos y persistentes, especialmente en zonas cercanas al río Atoyac y al corredor industrial Puebla–Texmelucan, donde se han documentado afectaciones ecológicas desde hace más de una década.

Ilustración: Iván Rojas

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