Muere exvicepresidente Dick Cheney, artífice de la invasión a Irak y la guerra contra el terrorismo

Su carrera incluyó la invasión a Panamá, la guerra en Irak, dejando un legado militar y ético cuestionable

El exvicepresidente de Estados Unidos Dick Cheney falleció a los 84 años, víctima de complicaciones de neumonía y problemas cardiovasculares, según confirmaron sus familiares. Cheney, reconocido como uno de los vicepresidentes más influyentes y controvertidos de la historia moderna estadounidense, permaneció al frente de la política exterior y de seguridad durante los mandatos de George H.W. Bush y George W. Bush.

A lo largo de su carrera, Cheney fue artífice de decisiones militares y estratégicas controvertidas, incluyendo la invasión de Irak en 2003 y la invasión de Panamá en 1989, así como la Operación Tormenta del Desierto en 1991. Sus críticos lo señalan como responsable de la implementación de la “guerra contra el terrorismo”, un periodo marcado por la expansión del poder ejecutivo, detenciones sin juicio, torturas y conflictos que prolongaron la presencia militar de EE.UU. en el extranjero durante décadas.

Durante la administración de George W. Bush, Cheney presionó al presidente para invadir Irak bajo premisas equivocadas sobre armas de destrucción masiva y supuestos vínculos con Al Qaeda. Investigaciones posteriores demostraron que gran parte de la inteligencia utilizada para justificar la guerra estaba exagerada o tergiversada, lo que condujo a un conflicto que dejó miles de muertos y un legado de inestabilidad en la región.

A pesar de las consecuencias, Cheney nunca se arrepintió de sus decisiones, argumentando que sus acciones fueron necesarias para proteger a Estados Unidos después de los atentados del 11 de septiembre de 2001. Bajo su liderazgo, la administración estadounidense amplió los poderes del ejecutivo, justificando políticas que muchos consideraron excesivas y contrarias a los principios democráticos.

En sus últimos años, Cheney se distanció de la línea populista de su propio partido. Criticó públicamente a Donald Trump, al que consideró una amenaza para la república, y respaldó a la candidata demócrata Kamala Harris en las elecciones de 2024, citando la necesidad de priorizar el país sobre el partidismo. Esta decisión simbolizó el giro crítico de Cheney frente a un partido que, según él, se había alejado de los valores tradicionales conservadores.

Su vida personal y política estuvo marcada por la resiliencia y la controversia. Superó múltiples infartos y un trasplante de corazón en 2012, manteniendo una presencia activa en la política y en la vida pública hasta sus últimos años. Como legislador por Wyoming, jefe del Pentágono y vicepresidente, Cheney consolidó una reputación de político astuto y de férrea disciplina, pero también de figura cuya influencia generó cuestionamientos éticos y políticos sobre la manera en que se ejerce el poder en Estados Unidos.

Dick Cheney deja un legado ambivalente: un personaje que reforzó la autoridad presidencial y la proyección militar estadounidense, pero cuyas decisiones provocaron guerras prolongadas, violaciones de derechos humanos y divisiones internas que aún resuenan en la política del país. Le sobreviven su esposa Lynne, sus hijas Liz y Mary, y siete nietos.

Foto: X

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