A menos de tres semanas de las elecciones generales, Honduras enfrenta un nuevo episodio de tensión política tras el simulacro del Sistema de Transmisión de Resultados Electorales Preliminares (TREP), realizado el domingo 9 de noviembre. El ejercicio terminó con resultados muy por debajo de lo esperado: sólo se transmitieron 1,556 de las 4,362 actas previstas, equivalentes al 35.7%, y únicamente 317 de 1,340 dispositivos biométricos lograron conectarse, un 23.7% del total.
Para el consejero electoral Marlon Ochoa Martínez, estos números no obedecen únicamente a fallas técnicas. Con base en lo ocurrido, el funcionario sostiene que dentro del Consejo Nacional Electoral (CNE) operan intereses que buscan interferir en la transparencia del proceso, afectando directamente el escrutinio rápido y la credibilidad del resultado final.
El mal desempeño del simulacro ocurre en medio de la polémica generada por los 26 audios filtrados por el Ministerio Público, en los que se escucha a la consejera del Partido Nacional, Cossette López, conversando con el diputado Tomás Zambrano sobre estrategias para alterar el desarrollo de la jornada electoral. Los audios describen planes para manipular la transmisión de datos, intervenir en el transporte del material electoral y utilizar vocerías de observación como herramienta para deslegitimar los resultados.
Estas revelaciones se suman a las advertencias sobre un intento deliberado de desestabilizar el proceso del 30 de noviembre, lo que vuelve especialmente preocupante la incapacidad técnica mostrada por el TREP en el simulacro más reciente.
Ochoa advirtió que, con el tiempo encima, el CNE aún no garantiza un sistema de transmisión confiable, lo que incrementa la incertidumbre sobre la integridad de las elecciones en un contexto donde la desconfianza institucional sigue creciendo.












