Más de 80 productores se manifestaron frente a las instalaciones de Liconsa para exigir que revierta su decisión de suspender la compra de leche cruda a partir del 29 de noviembre, lo que dejaría sin ingresos a decenas de familias y pondría en riesgo la estabilidad económica de toda la cuenca lechera local.
De acuerdo con los representantes de los ganaderos y con declaraciones de la empresa paraestatal, la medida responde a la falta de presupuesto federal para cerrar el ejercicio fiscal de este año, lo que impediría continuar con el programa Leche del Bienestar durante diciembre.
Según cálculos de los productores lecheros, el freno del acopio significaría pérdidas superiores a los 33 millones de pesos en un solo mes, además de la paralización de una cadena productiva que incluye trabajadores, transportistas y proveedores rurales.
Los productores denunciaron además que, mientras se les restringe la venta, el gobierno federal continúa importando leche en polvo, lo que agrava la crisis y desplaza la producción nacional. Algunos ganaderos señalaron que las vacas “no dejan de producir ni de comer”, por lo que el corte de compra generaría desperdicio de leche y endeudamiento.
Líderes del sector, como Luis Ricardo Muñoz, advirtieron que Liconsa ya había reducido el volumen de acopio en semanas anteriores y que ahora pretende suspender completamente la recepción durante diciembre, sin ofrecer garantías ni alternativas. La incertidumbre, dicen, se ha convertido en una constante cada cierre de año.
Por su parte, Omar García, subgerente de Abasto Social de Liconsa, reconoció ante los manifestantes que la decisión depende de las oficinas centrales y de la Secretaría de Hacienda, y que será hasta el 29 de noviembre cuando se informe si se reanudará la compra. Los ganaderos, inconformes, han anunciado que podrían trasladarse a la Ciudad de México para exigir una solución directa.
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