El empresario Ricardo Salinas Pliego, dueño de TV Azteca y uno de los hombres más ricos del país, enfrenta una barrera social en Puebla ante la posibilidad de buscar la presidencia de México. Una revisión realizada por El Ciudadano México muestra que la percepción pública en la entidad es mayoritariamente negativa, marcada por desconfianza y rechazo abierto, especialmente por el conflicto fiscal de sus empresas con el Servicio de Administración Tributaria (SAT).
Mientras Salinas Pliego insiste en proyectarse como un “outsider” de la política, en Puebla prevalece la idea contraria: la de un empresario que acumula privilegios y evade responsabilidades. Héctor Morales, de 48 años, lo resume con dureza al afirmar que la posible candidatura del magnate confirma que “solo quienes tienen dinero pueden aspirar a ser presidentes, incluso mientras enfrentan procesos legales por impuestos”. Para él, la millonaria deuda fiscal es evidencia de actos de corrupción: “Siento que es una persona que solo ve por su propio beneficio y parte de eso es eludir lo que tiene que pagarle al país”, señaló.
Aunque existen voces que lo defienden, estas son minoría. Beti, de 53 años, considera que el empresario es víctima de persecución política y que su incursión en la contienda presidencial podría ser positiva, siempre y cuando esté preparado: “Si no puede con el paquete, lo mejor es no postularse”, advirtió.
Entre la población más joven también hay reservas. Santiago, de 25 años, asegura que antes de juzgar sus aspiraciones se deberían conocer sus propuestas, pero reconoce que lo identifica principalmente como un evasor de impuestos, debido a la información difundida en los últimos meses.
Estos testimonios coinciden en un punto: la imagen de Salinas Pliego está profundamente marcada por sus conflictos fiscales. El pasado 13 de noviembre, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) confirmó sentencias que obligan a las empresas TV Azteca y Elektra a pagar 48 mil 326 millones de pesos por adeudos del Impuesto Sobre la Renta (ISR), una cifra histórica que ha intensificado el debate público sobre el poder económico y la impunidad en México.
En este contexto, el sondeo revela que, al menos en Puebla, la figura del empresario genera más rechazo que entusiasmo, y que sus aspiraciones políticas chocan con una percepción social marcada por señalamientos de corrupción, privilegios y falta de responsabilidad fiscal.
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