Armenta liga la marcha del domingo a una estrategia coordinada de confrontación
El gobernador de Puebla, Alejandro Armenta Mier, afirmó este lunes que la marcha de la denominada Generación Z, realizada el domingo en la capital del estado, no surgió de manera espontánea ni ciudadana, sino que respondió a un diseño político más amplio. Señaló la presunta participación de funcionarios del Ayuntamiento de San Andrés Cholula e infiltración de operadores panistas, y sostuvo que el objetivo era generar un incidente grave que pudiera ser utilizado mediáticamente.
Durante su conferencia matutina, Armenta expuso que la protesta se enmarca en una lógica de guerra sucia que —aseguró— se articula con discursos y materiales promovidos a nivel nacional. Para ilustrarlo, retomó las declaraciones del ex canciller Jorge Castañeda Gutman, quien en un programa televisivo de 2024 sugirió que, cuando una campaña enfrenta desventaja, “el manual ahorita es go negative… con todo”.
El gobernador enfatizó que estas tácticas buscan “inventar chismes”, provocar enfrentamientos e instalar narrativas de desprestigio. “La 4T enfrenta un embate. Los ciudadanos tienen derecho a saber por qué el ataque tan feroz contra la presidenta”, señaló.
Las declaraciones de Armenta ocurrieron horas después de que la presidenta Claudia Sheinbaum también hiciera referencia a Castañeda en su conferencia matutina, acusando que la marcha del domingo fue manipulada políticamente y que un grupo violento se infiltró con la intención de provocar a la policía.
El origen del concepto: una estrategia para erosionar confianza, no para convencer
El término go negative proviene de los estudios sobre comunicación política en Estados Unidos, particularmente del libro Going Negative (1995), donde los académicos Stephen Ansolabehere y Shanto Iyengar analizaron cómo las campañas negativas funcionan, en realidad, como mecanismos de desmovilización: no buscan ganar nuevos apoyos, sino desalentar a los votantes del adversario mediante escándalos amplificados, insinuaciones, ataques personales y construcción de escenarios de crisis.
La lógica es directa:
cuando un contendiente tiene ventaja clara o mantiene una imagen sólida, la única forma de alterar las tendencias es deteriorar la confianza pública en esa persona. El objetivo no es persuadir; es sembrar desánimo, sospecha o repudio.
Con el tiempo, esta dinámica fue adoptada por consultores y comentaristas mexicanos como una práctica informal: el momento en que “se ensucia la cancha” cuando la vía propositiva ya no alcanza. Y es precisamente en ese contexto que las declaraciones televisivas de Castañeda —aunque hechas hace más de un año— fueron retomadas hoy por Sheinbaum y, posteriormente, por Armenta.
Cómo se relaciona el go negative con la marcha de la Generación Z
Lo que Armenta sostiene es que la protesta del domingo encaja en la lógica del go negative:
— infiltración de actores no juveniles,
— presencia de provocadores,
— intento de generar un hecho de violencia grave,
— y posterior uso político del incidente.
El gobernador pidió a la Fiscalía investigar la presunta participación de funcionarios municipales y la agresión contra un adulto mayor, a quien un manifestante golpeó en la cabeza con una piedra. Según Armenta, este tipo de acciones responde a “tácticas de desestabilización” con el fin de responsabilizar al gobierno estatal de cualquier confrontación.
Por su parte, Sheinbaum afirmó que la mayoría de los asistentes no correspondía al perfil juvenil que se buscó proyectar públicamente y que el grupo violento llegó preparado para atacar a la policía. Dijo que la manifestación no representa a los jóvenes del país y que la intentona de presentarla como tal es parte de un esfuerzo de manipulación.
Ambas posiciones convergen en un punto: la protesta del domingo no fue —según los dos mandatarios— una expresión ciudadana orgánica, sino un episodio dentro de un esquema mayor de desgaste político que, desde su perspectiva, se corresponde con el tipo de lógica descrita por el go negative.
Una estrategia reactivada en el tablero político
Que tanto Sheinbaum como Armenta hayan traído a colación las palabras de Castañeda no es casual: ambos buscan subrayar que hay un operativo nacional que pretende construir un clima de crisis y desconfianza. Y, al situar la marcha dentro de ese marco, advierten que los próximos meses podrían venir acompañados de más intentos de provocación y campañas de desinformación.
Armenta concluyó que todos los actores de su administración deben estar preparados para una etapa de ataques que incluirá rumores, fabricaciones y acusaciones sin sustento. “A todos los van a señalar por algo. Ese es el objetivo”, dijo.
Foto: Redes












