La presidenta Claudia Sheinbaum presentó una iniciativa de reforma constitucional y legal para establecer la jornada laboral de 40 horas semanales, un compromiso central de su programa de gobierno y uno de los acuerdos alcanzados entre trabajadores, el sector empresarial y las autoridades federales.
Durante La Mañanera del Pueblo de este 3 de diciembre en Palacio Nacional, la mandataria informó que la reducción de la jornada de 48 a 40 horas se aplicará de manera gradual a partir de 2027, con recortes de dos horas por año hasta alcanzar el nuevo estándar en enero de 2030. El 2026, dijo, funcionará como un periodo de transición para que empleadores, sindicatos y trabajadores adecúen sus procesos productivos.
El secretario del Trabajo y Previsión Social, Marath Baruch Bolaños López, detalló que la reforma cumple uno de los 100 compromisos presidenciales y que beneficiará directamente a los 13.4 millones de trabajadores que hoy laboran más de 40 horas semanales, según cifras del Inegi. Subrayó que la modificación se elevará tanto a la Constitución como a la Ley Federal del Trabajo, por lo que requerirá la aprobación del Congreso de la Unión y, en el caso del cambio constitucional, también de los congresos locales.
Bolaños explicó que la reducción no implicará disminución de salarios, sueldos ni prestaciones, y que además se establecerá por primera vez la prohibición de que menores de edad trabajen horas extra. La propuesta, añadió, se construyó a partir de más de 40 mesas de trabajo entre gobierno, iniciativa privada y sindicatos.
El secretario del Trabajo afirmó que la reducción de la jornada traerá mayores niveles de productividad, mejorará la salud física y mental de los trabajadores y fortalecerá la cohesión social, de acuerdo con estudios de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Recordó que México es uno de los países que más horas trabaja al año —2,207 en promedio, según la OCDE— muy por encima de Canadá, España o Estados Unidos.
La presidenta Sheinbaum destacó que la experiencia internacional demuestra que la reducción de horas no genera costos adicionales para las empresas. Citó el ejemplo de los países nórdicos, donde incluso se opera con jornadas de 36 horas, así como los casos recientes de Chile, que implementó la semana de 40 horas en 2023 con flexibilidad laboral, y de Ecuador, que mantiene ese estándar desde 1997.
La OIT ha documentado que trabajar más de 40 horas semanales incrementa la probabilidad de depresión, ansiedad, trastornos del sueño y enfermedades cardíacas, además de elevar la fatiga y los riesgos de accidentes laborales.
Sheinbaum reconoció que el acuerdo no fue sencillo: algunos sindicatos demandaban que la jornada de 40 horas entrara en vigor desde 2026, mientras que sectores empresariales rechazaban cualquier reducción. Aun así, aseguró que se alcanzó un consenso histórico, similar al logrado previamente con la ampliación de vacaciones, la eliminación del outsourcing, la ley silla o los cambios a las Afores.
La reforma también busca avanzar hacia el reconocimiento de dos días de descanso por cada cinco de trabajo, en concordancia con estándares internacionales y con el Convenio 116 de la OIT.

Recuperar tiempo de vida
Con la transición hacia las 40 horas, la jornada laboral anual en México pasará de 2,207 a 2,000 horas en promedio, lo que significa recuperar alrededor de 200 horas de calidad de vida para millones de trabajadores. “Cantidad no significa calidad”, expresó Bolaños, al señalar que la medida permitirá reducir el ausentismo, los errores y los conflictos entre la vida laboral y personal.
La presidenta firmó este miércoles el Proyecto de Reforma para la Implementación de la Semana Laboral de 40 horas, el cual ya fue enviado al Congreso para su discusión en 2026. Si se aprueba, México se sumará a la lista de naciones que operan con jornada de 40 horas, un estándar vigente en más de la mitad de los países del mundo desde 2005.
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