La figura de Pedro Haces Barba ha estado envuelta en polémicas durante más de dos décadas. Empresario, sindicalista, operador político y creador de estructuras que se movieron entre lo laboral, lo electoral y lo empresarial, su trayectoria está marcada por escándalos que, lejos de frenarlo, lo consolidaron como una figura con poder propio.
La reunión privada que sostuvo con el rabino israelí David Yosef —luego de que se frustrara el intento de recibirlo en un salón oficial por acusaciones de justificar políticas genocidas— solo volvió a encender una pregunta que aparece cada cierto tiempo:
¿Cómo construyó Haces un imperio que combina sindicatos, outsourcing, contratos millonarios y negocios personales?
La respuesta está en su historia.
Los años tempranos: antecedentes penales y señalamientos por extorsión (1998–2005)
Antes de convertirse en un personaje nacional, Pedro Haces ya tenía un historial oscuro.
En 1998, la entonces Procuraduría del Distrito Federal lo detuvo por robo de vehículo y portación de arma prohibida. El caso no avanzó, pero quedó documentado.
Para el año 2000, como dirigente en el sector de seguridad privada vinculado a la CTM, el Consejo Nacional de Seguridad Privada lo acusó de extorsionar empresas con mecanismos de presión sindical.
Este fue el primer asomo público de un modus operandi que más tarde se repetiría: el uso del sindicalismo como herramienta de control económico.
Durante estos años, Haces también fortaleció su presencia en redes políticas del PRI, que más tarde serían fundamentales para su crecimiento empresarial.
Empresas, outsourcing y contratos inflados: el surgimiento de su poder económico (2006–2016)
Con el paso del tiempo, Haces formalizó su proyecto empresarial. Fundó Servicios Integrales de Seguridad, Limpieza y Mantenimiento (Seglim), una compañía que en pocos años se volvió proveedora recurrente de gobiernos estatales.
Los gobiernos de Javier Duarte, Roberto Borge, Alejandro Murat, Antonio Echevarría y Rutilio Escandón contrataron sus servicios de limpieza y vigilancia.
De acuerdo con Notimex, tan solo con Duarte y Borge Seglim recibió 493 millones de pesos, algunos con sobreprecios millonarios.
En 2015, Seglim quedó expuesta en un episodio clave:
El INE descubrió que la empresa había aportado 250 mil pesos al Teletón, obteniendo tiempos de televisión que favorecieron la campaña del panista Jorge Luis Preciado.
Haces negó cualquier relación con la empresa, pero un mensaje de WhatsApp enviado por él mismo para confirmar el depósito lo contradijo de forma directa. Era la primera vez que públicamente quedaba atrapado en una mentira sobre su rol empresarial.
Ese mismo año, el INE registró ingresos acumulados por 361 millones de pesos para Seglim, consolidando su éxito económico.
Outsourcing total, salarios miserables y anomalías detectadas por la ASF (2018–2020)
La etapa más crítica llegó cuando la Auditoría Superior de la Federación revisó un contrato de Seglim con Sedatu y el Registro Agrario Nacional en 2020.
El informe fue contundente:
- Seglim subcontrató el 100% del servicio por el que había cobrado 12.3 millones de pesos.
- El 54% de los trabajadores no tenía contrato.
- El IMSS certificó que Seglim no tenía un solo empleado registrado ese año.
- El contrato había sido adjudicado de manera irregular e incluía un sobrecosto de 3.7 millones.
A esto se sumaban condiciones laborales durísimas: en 2018 Seglim pagaba 102 a 106 pesos al día a sus trabajadores, mientras facturaba miles de pesos mensuales por cada uno a instituciones públicas.
Era un modelo empresarial rígido, con salarios bajos, subcontratación total y ganancias amplificadas.
CATEM, el rancho Bosque Lago y la construcción de una estructura de poder (2012–2024)
En 2012, Haces fundó la Confederación Autónoma de Trabajadores y Empleados de México (CATEM). Su crecimiento fue explosivo. En pocos años ya disputaba contratos colectivos en estados enteros y desplazaba a centrales tradicionales.
Pero su ascenso vino acompañado de una larga estela de denuncias:
- En estados como Veracruz, Durango, Quintana Roo y Oaxaca surgieron acusaciones de extorsión, amenazas, cobro de piso, secuestro y violencia relacionadas con grupos cercanos a la CATEM.
- Transportistas y constructoras denunciaron la imposición de contratos y presiones para afiliarse.
- Reportajes describieron a la organización como un aparato sindical con métodos coercitivos.
Simultáneamente, Haces mostraba un estilo de vida disonante con el discurso laboral: su rancho Bosque Lago, en el Ajusco, tenía plaza de toros, caballerizas, viñedos y un salón de eventos para cientos de invitados. Ahí se realizaban reuniones políticas, comidas privadas y encuentros donde se negociaban contratos colectivos.
También fue captado abordando helicópteros privados y asistiendo a eventos mientras aparecían registros de votación a su nombre en recintos legislativos.
Su figura crecía en paralelo en un híbrido entre empresario, líder sindical y operador público.
La escena más reciente: la visita del rabino Yosef y la sombra de un expediente permanente
El episodio más reciente —la recepción privada al rabino David Yosef, una figura acusada internacionalmente de justificar políticas genocidas contra Palestina— volvió a colocar a Haces en el centro del debate público.
El intento de recibirlo en un salón protocolario, bloqueado tras acusaciones de que la reunión legitimaría a un personaje controversial, terminó por subrayar un hecho evidente:
Cada aparición pública de Pedro Haces reactiva un expediente que sigue abierto.
Su pasado combina:
- Antecedentes penales,
- Acusaciones de extorsión,
- Contratos inflados y outsourcing total,
- Vínculos con gobiernos corruptos,
- Una central sindical rodeada de denuncias,
- Negocios familiares disfrazados de representación laboral,
- Y un estilo de vida que contradice cualquier idea de austeridad o compromiso social.
La escena con el rabino no es un accidente.
Es el capítulo más reciente en la historia de un personaje que ha construido un proyecto personal basado en el cruce de sindicatos, empresas y relaciones políticas, donde cada escándalo parece no ser un obstáculo, sino parte de la fórmula que le ha permitido mantenerse vigente por más de veinte años.












