La elección interna del PAN en Puebla capital dejó más dudas que certezas. Aunque Gaby Ruiz obtuvo una victoria holgada con 938 votos frente a los 338 de Lupita Leal, el proceso exhibió el profundo desgaste, la falta de transparencia y la creciente descomposición interna del blanquiazul.
Con una participación de apenas 1,276 militantes de los más de 4,600 registrados, el resultado refleja una organización debilitada, con bases desmovilizadas y una dirigencia estatal incapaz de garantizar procesos confiables. Para muchos panistas consultados, el triunfo de Ruiz no solo responde a la operación política de grupos internos, sino que es también una expresión de rechazo hacia una conducción partidista percibida como cerrada, opaca y controlada por intereses particulares.
Una elección marcada por acusaciones y errores básicos
La jornada se realizó en el Salón Country, en medio de señalamientos de intromisión del Comité Directivo Estatal, boletas con folios duplicados y ausencia de mecanismos que den certidumbre.
Lupita Leal acusó que la dirigencia estatal —encabezada por Mario Riestra— habría operado abiertamente a favor de Ruiz, exhibiendo que incluso la reposición del proceso repitió los mismos vicios.
Leal también cuestionó la salida de Ana Laura Altamirano de su planilla, lo que calificó como un movimiento inducido desde “arriba”, reforzando la percepción de que el PAN poblano funciona más por presiones internas que por convicción democrática.
Una dirigencia que niega, pero no aclara
Mario Riestra rechazó las acusaciones, pero su postura no logró despejar las dudas. Aunque afirmó que las fallas fueron corregidas, no explicó por qué se cometieron errores tan elementales como imprimir boletas sin folio, un indicador de la precariedad organizativa del partido.
Para especialistas y militantes consultados en el lugar, la dirigencia del PAN en Puebla no ha podido garantizar un proceso elemental sin polémicas, lo que evidencia una crisis de control y legitimidad.
Ruiz promete autonomía… pero persisten las dudas
Gaby Ruiz aseguró que, si encabeza el Comité Municipal, tomará decisiones sin influencias externas, pese a la presencia de Manuel Herrera en su equipo. La candidata afirmó que su planilla buscará fortalecer al partido, aunque dentro del recinto varios militantes cuestionaron que terminará gobernando bajo la sombra de los mismos grupos que hoy controlan al PAN estatal.
Ruiz también afirmó que cualquier inconsistencia fue resuelta, pero este mensaje contrastó con la evidente falta de orden y los reclamos de la militancia durante la jornada.
Un partido fragmentado, sin rumbo y desconectado de la ciudadanía
El exalcalde Eduardo Rivera negó que Leal responda a su proyecto político, pero aceptó que el PAN no puede seguir siendo un partido dominado por grupos. Sus declaraciones evidencian que el blanquiazul opera hoy como un mosaico de facciones, cada una disputando parcelas de poder en lugar de presentar una visión conjunta.
Mientras tanto, el PAN sigue perdiendo influencia en la capital, perdiendo militancia y perdiendo credibilidad, atrapado entre pleitos internos y una dirigencia estatal señalada una y otra vez por su falta de imparcialidad.
Con esta elección, el partido no solo eligió a su próxima dirigente municipal: confirmó que atraviesa una de sus mayores crisis de cohesión y legitimidad en años.
Foto: Agencia Enfoque
