En Oslo, decenas de personas se congregaron este martes frente al Instituto Nobel para expresar su rechazo a la decisión de otorgar el Premio Nobel de la Paz a María Corina Machado, una figura venezolana asociada a posiciones de ultraderecha y a la estrategia de presión internacional contra su país.
Las protestas se desarrollaron en medio de una tarde helada que no impidió que activistas de diversas nacionalidades mostraran su inconformidad.
Uno de los voceros presentes explicó que, en su opinión, Machado no encarna valores pacíficos, sino que representa iniciativas asociadas a confrontaciones militares e intervenciones extranjeras. Según señaló, el otorgamiento del premio contradice la esencia del galardón y ocurre en un contexto internacional marcado por el incremento de conflictos impulsados por potencias occidentales.
Tensiones internas en Noruega
La polémica no se ha limitado a las calles. Fuentes consultadas señalaron que dentro del propio gobierno socialdemócrata noruego se han generado diferencias por la decisión, especialmente porque muchos de los invitados oficiales pertenecen a partidos de derecha.
Este episodio ha sido interpretado como un choque entre la tradicional diplomacia de paz de Noruega y una tendencia creciente a alinearse con las posiciones geopolíticas de Washington.
Organizaciones locales y de otros países han denunciado que existe un fuerte sesgo mediático que condiciona la percepción pública sobre la situación venezolana y sobre el papel de Machado. Afirman que esto ha favorecido la aceptación del premio pese a las implicaciones políticas que consideran evidentes.
Demandas para revertir el premio
Horas antes de la manifestación, varias organizaciones civiles anunciaron que buscarán impugnar formalmente la decisión, acudiendo a los mecanismos legales disponibles en Suecia.
Estas agrupaciones sostienen que la trayectoria de Machado no cumple con los principios establecidos por Alfred Nobel, quien postulaba que el premio debía reconocer acciones destacadas en favor de la fraternidad entre naciones y la reducción de los ejércitos permanentes.
Un rechazo que trasciende fronteras
La movilización en Oslo refleja un sentir que se expande por redes de solidaridad, movimientos pacifistas y plataformas sociales de distintos países. Para estos colectivos, la premiación envía un mensaje que legitima sanciones, bloqueos y llamados a intervenciones militares que han impactado directamente en la vida política y económica de Venezuela.
Foto: Redes












