El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció este lunes la reclasificación del fentanilo como arma de destrucción masiva, al considerar que el impacto de este opioide sintético representa una amenaza directa a la seguridad nacional del país.
La medida fue formalizada mediante una orden ejecutiva firmada en la Casa Blanca, durante un acto oficial dedicado a reconocer las tareas de defensa en la frontera con México. Con esta decisión, el combate al fentanilo queda equiparado a escenarios vinculados al terrorismo y a amenazas químicas.
“Estamos clasificando formalmente el fentanilo como un arma de destrucción masiva”, afirmó Trump al firmar el decreto. El mandatario comparó los efectos de esta droga con los de un ataque bélico. “Ninguna bomba hace lo que esto está haciendo; mueren entre 200 mil y 300 mil personas cada año, que sepamos”, sostuvo.
La orden instruye a diversas agencias federales a desplegar herramientas legales, financieras y operativas que hasta ahora se reservaban para amenazas de alto nivel. El Departamento de Justicia deberá impulsar cargos penales más severos, así como agravantes y variaciones de sentencia en los casos relacionados con el tráfico de fentanilo.
En paralelo, el Departamento del Tesoro y el Departamento de Estado quedaron habilitados para actuar contra activos, empresas y entidades financieras vinculadas a la producción, distribución o comercialización del fentanilo y de sus precursores químicos. El documento también asigna un rol ampliado al Departamento de Defensa, que deberá evaluar si corresponde proveer recursos adicionales de seguridad nacional al Departamento de Justicia en situaciones de emergencia relacionadas con esta nueva clasificación.
Además, se ordena actualizar los protocolos de respuesta ante incidentes químicos para incluir el riesgo del fentanilo y fortalecer la identificación de redes de contrabando mediante inteligencia asociada a la no proliferación.
El gobierno estadounidense subraya que el fentanilo es actualmente la principal causa de muerte entre personas de 18 a 45 años en el país. Funcionarios del Ejecutivo remarcan que una dosis de apenas dos miligramos —equivalente a entre diez y quince granos de sal de mesa— puede resultar letal.
Trump también vinculó el tráfico de esta sustancia con la financiación de organizaciones criminales transnacionales y grupos armados. Según el argumento oficial, las ganancias de este negocio sostienen asesinatos, actos terroristas, insurgencias y disputas violentas por rutas de tráfico. “El potencial de que el fentanilo sea utilizado para ataques terroristas concentrados y a gran escala es una amenaza grave para Estados Unidos”, advierte el documento presidencial.
La reclasificación se suma a una serie de decisiones adoptadas desde el inicio del nuevo mandato. Trump declaró una emergencia nacional en la frontera sur, designó a ocho organizaciones criminales —entre ellas el Cártel de los Soles, el Tren de Aragua y la MS-13— como organizaciones terroristas extranjeras, y promulgó la ley HALT Fentanyl, que consolidó a las sustancias relacionadas con este opioide como drogas de la Lista I bajo la legislación federal.
La Casa Blanca recordó además que el gobierno impuso aranceles en respuesta a lo que considera una falta de acción de México, Canadá y China para frenar el flujo de fentanilo y otras drogas hacia territorio estadounidense. En el plano operativo, Trump autorizó acciones militares para interrumpir rutas marítimas, destruir embarcaciones utilizadas por el narcotráfico y afectar la logística de las redes criminales.
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