Washington, 24 de junio de 2025 – Un congresista del Partido Republicano ha presentado la candidatura del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, al Premio Nobel de la Paz 2026, destacando su presunto papel en la reducción de tensiones entre Irán e Israel.
La nominación, promovida por el legislador de Tennessee, Buddy Carter, sostiene que Trump ha demostrado liderazgo diplomático al promover el reciente cese al fuego entre ambos países. “El presidente Trump es el único que ha logrado frenar la escalada”, declaró Burchett en redes sociales.
Celebración trumpista y uso político del Nobel
El anuncio fue celebrado de inmediato por el entorno de Trump, que lo enarboló como una prueba de su capacidad de “hacer la paz donde otros hicieron la guerra”. No es la primera vez que el republicano busca capitalizar políticamente el Nobel: ya lo había intentado en 2020, sin éxito.
El trasfondo de una candidatura cuestionable
Desde una perspectiva crítica, la nominación parece más una maniobra electoral que un reconocimiento genuino. Trump no ha abandonado su retórica bélica, ni su respaldo incondicional a Israel, ni su política de sanciones unilaterales contra Irán. El supuesto “logro pacificador” ocurre además en un contexto donde EE.UU. mantiene intereses militares y geopolíticos activos en Medio Oriente.
México y el espejo de la diplomacia
Mientras Trump es postulado al Nobel, en México se apuesta por una política exterior basada en la no intervención, la cooperación y el respeto entre naciones. La 4T ha priorizado la resolución pacífica de los conflictos y la solidaridad entre pueblos. En contraste, la nominación de Trump suena, desde el sur, a ironía diplomática.












