Netanyahu promete “paz” junto a Trump en Oriente Medio, bajo la sombra de su juicio por corrupción

El discurso del primer ministro israelí llega apenas días después de una guerra relámpago contra Irán y en medio de una tregua de términos opacos

El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha anunciado su intención de ampliar el llamado “círculo de la paz” en Oriente Medio, en coordinación con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Las declaraciones llegan apenas días después de una guerra relámpago contra Irán y en medio de una tregua de términos opacos, en una región marcada más por la inestabilidad que por la armonía que ambos líderes aseguran promover.

“Seguiremos trabajando juntos para derrotar a nuestros enemigos comunes (…) y rápidamente ampliar el círculo de la paz”, escribió Netanyahu en la red social X, agradeciendo a Trump su “tremendo apoyo”. Lo que el líder israelí omite es que dicha “paz” se construye sobre el silencio forzado de una guerra que apenas ha dejado de arder, y cuyas consecuencias humanitarias e implicaciones estratégicas aún no han sido esclarecidas.

Por su parte, Trump no solo devolvió los halagos, sino que describió a Netanyahu como “tal vez el mayor guerrero en la historia de Israel” y pidió públicamente que se anulen los juicios por corrupción que enfrenta el primer ministro. El magnate republicano calificó las causas judiciales como una “caza de brujas”, repitiendo la misma narrativa que ha utilizado para defenderse a sí mismo en múltiples investigaciones en su contra.

Paz con bombas y beneficios políticos

El anuncio de un nuevo impulso a los Acuerdos de Abraham, negociados durante la primera administración Trump, llega justo después de que Estados Unidos bombardeara instalaciones nucleares iraníes en Natanz, Isfahán y Fordo. Poco después, se proclamó una tregua negociada por Trump con apoyo de Catar, sin que hasta el momento se conozcan detalles concretos de su implementación.

En este contexto, la retórica del “círculo de la paz” parece más una maniobra geopolítica que un compromiso real con la estabilidad de la región. La inclusión de Siria como posible nuevo socio en la normalización de relaciones, pese a la ocupación israelí de los Altos del Golán y décadas de hostilidad, revela una voluntad más pragmática que pacifista, empujada por la debilidad regional y las urgencias diplomáticas de Tel Aviv y Washington.

Aunque el enviado especial de la Casa Blanca, Steve Witkoff, anticipó “grandes anuncios” sobre nuevos acuerdos regionales, el contexto no sugiere que la paz se construya desde abajo, con inclusión de las poblaciones afectadas, sino desde los despachos de poder, donde la diplomacia se mezcla con intereses estratégicos y maniobras personales.

La narrativa triunfalista del gobierno israelí contrasta con el clima interno de desconfianza. Este jueves se supo que Netanyahu solicitó aplazar dos semanas sus testimonios en los juicios que enfrenta por soborno, fraude y abuso de confianza. La razón: «motivos de seguridad nacional».

La “victoria” sobre Irán y el “círculo de la paz” son, por ahora, más un discurso útil que una realidad verificable.

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Foto: X

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