El sábado 28 de junio, más de 2,000 personas se congregaron en la Plaza de los Rehenes, en Tel Aviv, para exigir al Primer Ministro israelí Benjamín Netanyahu que detenga la guerra en Gaza y priorice la liberación de los soldados israelíes cautivos en la Franja de Gaza. Esta fue la primera manifestación pública en ese lugar tras tres semanas de pausa debido a la escalada bélica entre Israel e Irán.
Familiares de los rehenes han impulsado estas protestas, denunciando que el Gobierno israelí antepone intereses políticos a la seguridad y vida de los cautivos. Einav Zangauker, madre de un soldado retenido, criticó la negativa oficial a firmar un acuerdo de cese al fuego e intercambio de prisioneros que Hamás ya aceptó, y aseguró que la guerra podría haber terminado si los líderes actuaran para proteger a sus ciudadanos.
Liri Albag, soldado liberada en el último alto al fuego, lamentó que el conflicto con Irán haya distraído al Gobierno de la situación de los 50 soldados cautivos en Gaza, calificando como “obligación moral” la devolución conjunta de todos los rehenes.
Las protestas se retomaron tras dos semanas suspendidas por el conflicto entre Israel e Irán, que incluyó la operación Promesa Verdadera III, donde Irán atacó objetivos clave en Israel, revelando vulnerabilidades en la defensa israelí.
Los manifestantes responsabilizan a Netanyahu por prolongar la guerra, acusándolo de usar el conflicto para evadir procesos judiciales por corrupción. Apenas un día antes, el primer ministro pidió un receso en su juicio, alegando la necesidad de atender la crisis de seguridad.
Simultáneamente, ciudadanos protestaron frente al Ministerio de Defensa para exigir la firma inmediata del acuerdo de intercambio de prisioneros, advirtiendo que cada día pone en riesgo la vida de los rehenes.
Mientras Netanyahu enfrenta crisis políticas internas y críticas internacionales, movimientos de solidaridad con Gaza han surgido en diversas ciudades del mundo.
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