Tiempo de mujeres en la política: Surinam elige a su primera presidenta

El ascenso de Geerlings-Simons marca un hito en la historia política del país

Surinam entra en una nueva etapa política con la elección de Jennifer Geerlings-Simons como la primera mujer presidenta del país. La médica y política fue elegida por el Parlamento sin enfrentar oposición, gracias a una coalición estratégica formada por su partido tras unos comicios sin un ganador claro.

La Asamblea Nacional de Surinam, responsable de elegir al presidente mediante una mayoría calificada, dio su respaldo a Geerlings-Simons en una votación decisiva. La alianza que la catapultó al poder fue forjada con el objetivo de desplazar al actual mandatario, Chandrikapersad Santokhi, cuyo mandato ha estado marcado por escándalos de corrupción y medidas económicas impopulares.

La nueva mandataria, de 71 años, asumirá el cargo oficialmente el próximo 16 de julio, liderando el país en un momento clave. Surinam se prepara para una posible transformación económica, impulsada por los yacimientos petroleros en alta mar, con una producción inicial prevista para 2028. Esta perspectiva genera grandes expectativas, aunque también retos inmediatos.

Geerlings-Simons ha reconocido la complejidad del desafío que enfrenta, no solo por la situación económica que hereda, sino también por el simbolismo de ser la primera mujer en ocupar la presidencia en un país de 646 mil habitantes. Junto a su vicepresidente electo, Gregory Rusland, ha manifestado su compromiso de estabilizar las finanzas públicas, señalando como prioridades la mejora en la recaudación fiscal y un enfoque especial en sectores poco regulados, como la minería de oro a pequeña escala.

Durante la administración anterior, Surinam logró una reestructuración de su deuda, pero a costa de reducciones significativas en los subsidios y medidas de austeridad que desencadenaron protestas sociales. Aunque el equilibrio macroeconómico mejoró, el malestar popular se intensificó.

Expertos como Winston Ramautarsingh, ex titular de la Asociación de Economistas de Surinam, han advertido sobre la presión financiera que enfrentará el nuevo gobierno. El país debe hacer frente a compromisos que superan los 400 millones de dólares anuales en pagos de deuda e intereses, lo cual limita el margen de acción de la administración entrante. Según su análisis, el alivio anterior solo postergó los pagos, pero no resolvió de fondo la falta de liquidez.

En este contexto, la presidencia de Geerlings-Simons representa una esperanza de renovación, pero también un periodo cargado de desafíos económicos, sociales y políticos, que pondrán a prueba su liderazgo y capacidad de negociación en un momento decisivo para el futuro de Surinam.

Foto: Redes

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