Ciro Gómez Leyva, Pegasus y Peña Nieto: ¿periodismo o encubrimiento?

Gómez Leyva describió a Peña Nieto como firme y sin titubeos, sin cuestionar a fondo sus declaraciones

En medio de nuevas revelaciones internacionales sobre la presunta participación de Enrique Peña Nieto en actos de corrupción relacionados con el software de espionaje Pegasus, algunos medios y figuras del periodismo tradicional han salido de inmediato en defensa del expresidente, incluso antes de que se inicie una investigación formal. Uno de los ejemplos más notorios es el del comunicador Ciro Gómez Leyva, quien en su más reciente columna ofreció un espacio privilegiado para que Peña Nieto descartara las acusaciones sin ningún cuestionamiento de fondo.

Lejos de ejercer una postura crítica frente al señalamiento de que el expresidente pudo haber recibido sobornos a cambio de permitir la operación de Pegasus en México, Gómez Leyva optó por brindarle un foro para rechazar las acusaciones, describiéndolo como alguien confiado y dispuesto a hablar. Lo que llama la atención no es que se le dé voz a Peña Nieto, sino la actitud sumisa del entrevistador, quien no profundiza en contradicciones ni en los múltiples antecedentes de espionaje ilegal durante el sexenio.

Gómez Leyva ha mantenido históricamente una línea editorial permisiva con figuras vinculadas al poder, incluso con personajes como Genaro García Luna, ahora preso en Estados Unidos por narcotráfico. En lugar de cuestionar el historial de corrupción, espionaje y violencia institucional, el periodista vuelve a colocar al exmandatario en una narrativa de víctima de los medios y de conspiraciones internacionales.

En su columna, el comunicador reconoce no saber si las declaraciones de Peña Nieto son ciertas, pero aun así decide reproducirlas como si fueran una verdad en sí mismas. Esta posición, lejos de informar con rigor, termina lavando la imagen de un expresidente que ha eludido responsabilidades clave durante y después de su mandato.

El caso Pegasus no es una anécdota menor. Se trata de uno de los escándalos más graves en materia de violación de derechos humanos y vigilancia ilegal en América Latina. Si se comprueba que hubo sobornos, eso comprometería directamente la integridad del gobierno de Peña Nieto y sus alianzas con empresas extranjeras especializadas en ciberespionaje.

Pero para ciertos sectores del periodismo, el enfoque no está en buscar la verdad o contrastar las versiones, sino en rehabilitar figuras del pasado que hoy enfrentan señalamientos serios. La pregunta que queda es: ¿a quién sirve este tipo de periodismo?

Foto: Redes

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