Diego Fernández de Cevallos arremete contra el gobierno por el nombramiento de Hugo López-Gatell

El panista habla de moral, pese a su historial de privilegios y opacidad

El panista Diego Fernández de Cevallos, un político que por décadas formó parte de las élites más privilegiadas del país, arremetió contra el gobierno federal por el nombramiento de Hugo López-Gatell como representante de México ante la Organización Mundial de la Salud (OMS). Sin embargo, sus señalamientos han sido cuestionados por diversos sectores que recuerdan su papel clave dentro del sistema político que hoy dice combatir.

Con un tono feroz, Fernández de Cevallos calificó como una “afrenta nacional” que el exsubsecretario de Salud ocupe un cargo internacional tras lo que él describe como una gestión desastrosa durante la pandemia de COVID-19. Según el exsenador, este nombramiento representa una recompensa inmerecida para quien, a su juicio, encarna la negligencia y la irresponsabilidad gubernamental.

Sin embargo, resulta irónico que estas declaraciones provengan de alguien que fue pieza clave en la llamada «mafia del poder», como lo han señalado durante años tanto desde la izquierda como desde movimientos ciudadanos. Fernández de Cevallos fue uno de los operadores políticos más cercanos al expresidente Carlos Salinas de Gortari, y se le vincula con múltiples casos de privilegio, tráfico de influencias y enriquecimiento al amparo del poder. Su famoso caso del predio en Punta Diamante, donde multiplicó su fortuna mediante litigios con el Estado, sigue siendo ejemplo del viejo régimen que ahora critica.

Aun así, en su columna titulada “Vacaciones doradas para un asesino masivo”, publicada en Milenio, el político panista acusó a López-Gatell de ser responsable de la muerte de cientos de miles de personas y denunció lo que considera una política de simulación y propaganda durante la crisis sanitaria. Sin citar textualmente, recordó algunas de las frases polémicas del exfuncionario, como minimizar el uso del cubrebocas y negar que el COVID-19 fuera una emergencia nacional, a pesar de las cifras que colocaron a México entre los países con mayor letalidad.

También cuestionó a Claudia Sheinbaum, presidenta electa, por haber anunciado el nombramiento. Aunque admite que la decisión viene “de más arriba”, la acusa de actuar como simple emisaria de un poder que, según él, ha perdido todo límite moral.

Lo que Fernández de Cevallos no menciona es que él mismo fue protagonista de un sistema político que durante décadas despreció la transparencia, concentró el poder en unos cuantos y bloqueó toda posibilidad de justicia social real. Para muchos, su indignación actual carece de autoridad ética.

En su tradicional tono irónico, cierra su columna con una posdata donde sugiere que la censura a los narcocorridos busca evitar que se mencione a figuras del poder actual. No obstante, la crítica proveniente de un actor como él —con amplio historial de privilegios—, despierta más suspicacias que consensos.

Foto: Redes

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