9 DE JULIO DE 2025. Desde 2024, México ha experimentado un preocupante resurgimiento del sarampión, una enfermedad que se consideraba controlada tras haber sido declarada libre de sarampión endémico en 2016.
La incidencia ha mostrado un aumento progresivo y acelerado, pasando de siete casos confirmados en el primer trimestre de 2024 a más de 2 mil 500 casos confirmados hasta julio de 2025, con un saldo de nueve defunciones confirmadas. Este repunte representa un retroceso significativo en los avances sanitarios del país.
El estado de Chihuahua concentra la mayoría de los casos, representando aproximadamente el 93.7% del total nacional. Dentro de Chihuahua, los municipios de Cuauhtémoc, Chihuahua capital y Ahumada concentran casi tres cuartas partes de los casos, evidenciando un foco epidemiológico crítico.
Otros estados afectados incluyen Sonora, Zacatecas, Durango, Coahuila, Tamaulipas, Campeche y Oaxaca, aunque con cifras mucho menores. La distribución etaria muestra que, aunque la infancia entre cero y cuatro años es la más afectada, también hay un alto número de casos en adultos jóvenes de 25 a 34 años, un grupo que presenta una baja tasa de vacunación.
En el año 2000, México se declaró libre de sarampión
México, que en el año 2000 fue declarado libre de sarampión endémico, ha visto cómo sus tasas de inmunización han caído por debajo de los umbrales recomendados por organismos internacionales como la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS), que sugieren una cobertura superior al 95% para la primera y segunda dosis de la vacuna triple viral (SRP). Lamentablemente, y a pesar de los esfuerzos gubernamentales por dar una máxima cobertura, no toda la población se muestra dispuesta a recibir la vacuna.
Reportes y encuestas nacionales, como la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT), han evidenciado esta tendencia a la baja. Por ejemplo, se ha señalado que la cobertura de la vacuna SRP en niños disminuyó del 95.2% en 2019-2020 al 92.7% en 2023-2024.
Más alarmante aún, el esquema completo de vacunación en niños menores de un año apenas alcanzó el 27.5% en 2021, y en niños de hasta dos años, solo el 31%, lo que representa las coberturas más bajas en los últimos 15 años. Antes de 2020, los porcentajes de vacunación infantil superaban el 90%, pero cayeron a alrededor del 75% de cobertura, y aunque ha habido una recuperación, aún no se alcanzan los niveles prepandemia.
¿Qué factores han contribuido en el retroceso de México ante el sarampión?
Diversos factores han contribuido a esta disminución: Impacto de la Pandemia de COVID-19: La interrupción de los servicios de salud y las campañas de vacunación durante la pandemia afectaron significativamente los esquemas de inmunización. Millones de niños quedaron vulnerables debido a la suspensión de servicios y la disminución de las tasas de vacunación a nivel mundial.
Por otra parte, la proliferación de información falsa y el escepticismo hacia las vacunas han llevado a una creciente reticencia en algunas comunidades, obstaculizando los esfuerzos de inmunización. Factor problemático ha sido la influencia creciente de movimientos antivacunas, importadas desde Estados Unidos hacia el territorio nacional. Estos grupos han promovido desinformación y dudas sobre la seguridad y eficacia de las vacunas, lo que ha generado rechazo o retrasos en la inmunización, especialmente en zonas urbanas y rurales con menor acceso a servicios de salud.
Por su parte, la Secretaría de Salud ha respondido con campañas masivas de vacunación, ampliando la edad objetivo hasta los 49 años y focalizando esfuerzos en comunidades vulnerables, incluidos jornaleros migrantes, para cerrar las brechas de protección.
Estos factores, aunados a que México destina apenas el 3% del PIB a salud pública, lejos del 6% mínimo recomendado por la OMS; la desarticulación institucional y limitada inversión en prevención, son factores que vuelven un reto formidable volver a ganarle la partida a enfermedades «resucitadas» como el sarampión.
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