Puebla, Pue.— En su conferencia de prensa del 10 de julio, el gobernador Alejandro Armenta hizo un llamado enérgico a los gobiernos municipales para que asuman con responsabilidad sus facultades constitucionales, tal como lo establece el artículo 115 de la Carta Magna, en materia de servicio de agua, alumbrado público y recolección de residuos.
“El Estado está para apoyar, pero no puede sustituir las funciones constitucionales que le tocan a cada municipio”, subrayó el mandatario.
Armenta remarcó que su administración ha coadyuvado ante el abandono que arrastran los gobiernos locales desde hace décadas, pero recalcó que la atención a los servicios públicos es una obligación municipal irrenunciable.
Como parte de su balance, el gobernador contrastó las prioridades de su gobierno con las de administraciones anteriores. Anunció una histórica inversión de 156 millones de pesos al campo poblano, y aseguró que su gran legado será el apoyo a los sectores más empobrecidos, no la construcción de infraestructura para el beneficio de unos cuantos.
“La gran obra de este gobierno será el campo y los más pobres. No se trata de hacer megas obras para mega negocios”, señaló.
En una crítica frontal a los excesos del pasado, denunció que el modelo neoliberal convirtió al Estado en una “agencia de negocios” al servicio de intereses privados. Citó como ejemplo el caso del Museo Internacional Barroco, cuyo mantenimiento concesionado a privados representa un gasto mensual de un millón de pesos para el Estado, a pesar de que los municipios carecen de servicios básicos.
Armenta aclaró que no está en contra del arte ni de la promoción cultural, sino de los abusos cometidos en su nombre:
“No estamos en contra del arte ni de la cultura, estamos en contra de que a nombre de la cultura se saqueé al pueblo.”
Con estas declaraciones, el mandatario poblano delineó una postura clara: más inversión social, menos privilegios para los de siempre.
