Adán Augusto bajo la sombra de La Barredora: investigan a su exsecretario de Seguridad por liderar red criminal

Hernán Bermúdez, exsecretario de Seguridad de Adán Augusto, es buscado por liderar La Barredora, grupo ligado al Cártel Jalisco en Tabasco.

Hernán Bermúdez Requena, exsecretario de Seguridad y Protección Ciudadana durante el gobierno de Adán Augusto López Hernández en Tabasco, es hoy prófugo de la justicia. Una orden de aprehensión en su contra, emitida desde febrero de 2025, lo señala como presunto operador y cabecilla de La Barredora, una célula criminal ligada al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).

Según autoridades estatales, Bermúdez huyó del país el mismo día que se emitió la orden judicial. Su itinerario lo llevó de Mérida a Panamá, luego a Madrid, y finalmente a Brasilia, donde se presume permanece oculto. La Fiscalía General de la República ya solicitó la ficha roja a Interpol para su localización y captura internacional.

De funcionario de confianza a presunto criminal

Durante la administración de Adán Augusto (2019-2021), Bermúdez fue uno de los hombres más cercanos al exgobernador, y mantuvo su cargo incluso tras la salida de López Hernández hacia la Secretaría de Gobernación. Fue ratificado por el entonces gobernador interino Carlos Merino y permaneció en funciones hasta 2024.

Lo que durante años fue negado por el propio Bermúdez —quien insistía en que en Tabasco no había cárteles, sino «bandas locales»— ha terminado por colapsar con la filtración de informes de inteligencia y la captura de varios líderes criminales.

Los informes filtrados por el colectivo Guacamaya Leaks desde 2022, y confirmados por mandos militares este año, identifican a Bermúdez como “Comandante H”, un actor clave en el crecimiento de La Barredora. Se le acusa de proteger a operadores del grupo, designar jefes policiales coludidos con el crimen en municipios como Huimanguillo y Cárdenas, y facilitar operaciones de extorsión, robo de combustible y tráfico de personas.

Omisiones y responsabilidades políticas

Pese a que al menos cuatro reportes de inteligencia militar alertaban desde 2021 sobre estos vínculos, no se abrió una carpeta de investigación formal hasta 2025. Esto plantea una pregunta urgente: ¿por qué se ignoraron durante años las advertencias sobre un alto funcionario de seguridad estatal?

El actual gobernador, Javier May, ha señalado que se está desmantelando una red de complicidades institucionales heredadas de gobiernos pasados. “Permitieron que el crimen echara raíces”, declaró en conferencia. Por su parte, José Ramiro López Obrador, secretario de Gobierno y hermano del presidente, advirtió: “Está saliendo toda la pudrición”.

La gestión actual ha comenzado a actuar: en los últimos meses se detuvo a varios operadores del grupo, incluido “El Guasón”, expolicía y uno de los jefes regionales de La Barredora. Sin embargo, el caso Bermúdez es la pieza más alta de una estructura que convivió de forma directa con el poder estatal durante años.

La Barredora: el rostro local del CJNG

La Barredora es considerada una franquicia regional del Cártel Jalisco Nueva Generación, encargada de controlar territorios estratégicos para el tráfico de drogas, combustible robado y personas en el sureste del país. Su capacidad de infiltración en cuerpos de seguridad pública y su violencia han sembrado terror en comunidades tabasqueñas.

Este caso revela una verdad incómoda para el sistema político: un funcionario con línea directa a la cúpula del poder fue, según los informes oficiales, el articulador de un grupo criminal desde el interior del aparato de seguridad. No es sólo un escándalo de corrupción: es una advertencia sobre los límites del combate al crimen si no se depura a fondo la estructura institucional.

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