Iglesia católica capacita a sacerdotes para negociar con el narco: buscan pactos de paz

Iniciativas de la Iglesia católica buscan abrir espacios de diálogo con actores armados, como parte de esfuerzos comunitarios para frenar la violencia

Frente al crecimiento de la violencia la Iglesia católica en México apuesta por el diálogo directo con el crimen organizado. Un grupo de alrededor de 40 sacerdotes y 30 laicos de cinco estados participa en un taller especializado para fortalecer sus capacidades de negociación con grupos delictivos, informó el arzobispo de Morelia, Carlos Garfias Merlos.

El objetivo es crear un modelo de acercamiento pastoral entre religiosos y criminales, basado en experiencias de países como Colombia, que permita reconstruir el tejido social y ofrecer alternativas de rehabilitación a quienes decidan abandonar la violencia.

“Parte del taller es que tengamos alternativas y modelos de diálogo. Ver cómo acercarse a ellos”, explicó Garfias, subrayando que la propuesta busca acuerdos que posibiliten el ejercicio pastoral en regiones dominadas por el narco.

Esta iniciativa, realizada en la Universidad Pontificia de México, no es nueva para la Iglesia. Desde hace más de una década, obispos en zonas de conflicto como Guerrero han explorado la posibilidad de dialogar directamente con capos del narcotráfico, comentó el arzobispo. “Ya viene el momento en que tenemos que buscar a los delincuentes y ofrecerles acompañamiento pastoral”, expresó.

Además de la formación en negociación, el taller también contempla el impulso de espacios educativos para fomentar una cultura de paz, el cuidado comunitario y el liderazgo de mujeres como promotoras de reconciliación.

El presidente Andrés Manuel López Obrador manifestó su aprobación a los esfuerzos de la Iglesia por mediar con el crimen el 15 de febrero de 2024. Durante una conferencia desde Guerrero, declaró: “Todos tenemos que contribuir, pero desde luego la responsabilidad es del Estado, eso debe de quedar muy claro”.

El mandatario reconoció que en estados como Michoacán y Guerrero la Iglesia ha buscado activamente vías de pacificación, aunque dejó claro que el Estado debe mantener su papel rector.

A pesar de los intentos, los primeros acercamientos no han resultado en acuerdos concretos. El obispo de Chilpancingo-Chilapa, José de Jesús González Hernández, reveló que él y otros tres obispos guerrerenses se reunieron con líderes criminales sin lograr consensos, debido a conflictos por el control territorial entre los propios grupos delictivos.

“No nos detendremos en seguir buscando espacios de diálogo”, afirmó el obispo. Reveló que las reuniones comenzaron tras una visita al Papa Francisco, quien los animó a invitar a otros prelados de zonas golpeadas por el crimen.

La violencia ya alcanzó a la Iglesia, declaró González Hernández. “Nos han matado ministros, catequistas, acólitos… no podemos quedarnos cruzados de brazos”.

La Iglesia en Guerrero criticó la falta de acción de los gobiernos estatal y federal. En un comunicado, sacerdotes del Decanato de Chilpancingo exigieron a las autoridades acciones inmediatas y concretas ante la crisis de violencia que azota la región. “No se puede normalizar la violencia; Chilpancingo está en emergencia”, sentenciaron.

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Fotografía: Redes

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