El Ejército israelí bombardeó el cuartel general del Estado Mayor sirio en el corazón de Damasco, en un claro mensaje tras advertencias dirigidas al régimen de Bashar al-Ásad por su presencia militar en la provincia de Sweida, de mayoría drusa. La operación fue confirmada por las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), que señalaron que el ataque responde a su política de desmilitarización en el sur de Siria.
Las explosiones sacudieron la zona de la plaza de los Omeyas, uno de los puntos más estratégicos de la capital, provocando alarma entre la población. La televisión estatal siria informó del impacto en las inmediaciones del cuartel, uno de los centros de mando más importantes del país.
El ministro de Defensa israelí, Israel Katz, reafirmó la intención de su país de proteger a la comunidad drusa siria, especialmente en Sweida, donde los enfrentamientos entre milicias drusas y tribus beduinas sunitas se han intensificado en los últimos días. Según el funcionario, Israel considera inaceptable la presencia de fuerzas armadas del régimen sirio cerca de su frontera, y aseguró que continuarán los ataques si Damasco no se retira de la zona.
Por su parte, el Gobierno sirio confirmó que los bombardeos causaron bajas entre sus filas, sin ofrecer cifras concretas. La intervención militar siria se produjo después de una cadena de secuestros entre comunidades locales, desatada por el rapto de un comerciante druso.
De acuerdo con el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), desde el inicio de los choques han fallecido al menos 248 personas, la mayoría combatientes, aunque también se reportan 28 civiles drusos muertos, varios de ellos víctimas de ejecuciones sumarias atribuidas a fuerzas gubernamentales.
Israel ha incrementado sus ataques contra posiciones militares sirias en Sweida, incluyendo vehículos blindados y tropas en movimiento, lo que ha provocado múltiples heridos civiles, según informes de medios oficiales sirios y organizaciones independientes.
La situación también ha generado tensión en los Altos del Golán, territorio ocupado por Israel desde 1967. Drusos residentes en esa zona, preocupados por sus familiares del otro lado de la frontera, intentaron cruzar hacia Siria. El Ejército israelí impidió el paso con gases lacrimógenos y declaró que este tipo de incursiones suponen un riesgo tanto para los soldados como para los civiles.
La Unión Europea y Francia hicieron un llamado urgente a proteger a la población civil y respetar la soberanía siria. Además, exigieron la implementación inmediata del alto al fuego anunciado recientemente por Damasco.
Mientras tanto, líderes drusos en Israel llamaron a una huelga general en señal de solidaridad con sus compatriotas en Siria. La comunidad drusa, que suma aproximadamente 24.000 personas en Israel, mantiene una reputación de lealtad hacia el Estado israelí y una parte considerable de ella participa activamente en sus fuerzas armadas.
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