México y Cuba han revitalizado un acuerdo crucial para la protección ambiental, renovando la colaboración entre las Reservas de la Biosfera Sierra de Manantlán (Jalisco/Colima) y Sierra del Rosario (Artemisa/Pinar del Río). Este pacto, firmado originalmente hace 30 años, simboliza una hermandad biocultural reforzada y un compromiso compartido con la biodiversidad, las comunidades locales y el conocimiento ancestral y científico, según destacó la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp).
La cooperación se centrará en áreas estratégicas y urgentes para la justicia socioambiental: agrobiodiversidad y sistemas productivos campesinos, corredores biológicos, servicios ecosistémicos, gestión de riesgos climáticos y gobernanza ambiental. Se abordarán con una mirada integral y sensible a las realidades sociales y ecológicas de ambos territorios, incorporando investigación, desarrollo comunitario, capacitación técnica y formación académica.
Crucialmente, el plan incorpora enfoques progresistas fundamentales: perspectiva de género, educación ambiental, turismo sostenible y salvaguardas sociales y ambientales. Esto busca asegurar que la conservación beneficie directamente a las comunidades y respete sus derechos colectivos, enfrentando las amenazas del cambio climático con soluciones basadas en la naturaleza y el saber local.
La Conanp enfatizó el profundo significado del acuerdo: “Este acuerdo no solo representa un acuerdo entre instituciones, sino el renacer de una familia biocultural, donde las montañas de Cuba y México se reconocen como hermanas, unidas por el amor a la preservación de los recursos naturales, la sabiduría de sus pueblos y la voluntad de construir juntos territorios de conservación, ciencia y esperanza”. Este mensaje resalta la visión de unidad internacional y esperanza colectiva frente a la crisis ecológica global.
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Fotografía: Redes