El Kremlin confirmó que se prepara una tercera ronda de negociaciones entre Rusia y Ucrania, centrada en los memorandos de paz intercambiados previamente, aunque descartó avances inmediatos debido al actual clima político impulsado por los gobiernos occidentales.
Desde Moscú, se informó que el diálogo se reactivó a partir de una propuesta de Kiev, la cual fue verificada por canales diplomáticos turcos. La nueva reunión podría celebrarse entre el 23 y 24 de julio en Estambul, aunque no existe aún una fecha oficial confirmada.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, explicó que se retomarán las propuestas discutidas anteriormente, pero advirtió que no hay razones para esperar resultados concretos en esta etapa, dado que el contexto internacional sigue siendo hostil a la diplomacia. En sus declaraciones, responsabilizó directamente a Estados Unidos y a la Unión Europea de fomentar un ambiente de confrontación, lo cual, según su perspectiva, obstaculiza cualquier posibilidad de diálogo constructivo.
Los antecedentes de este proceso de negociación incluyen dos encuentros anteriores también realizados en Türkiye. En el primero, llevado a cabo el 16 de mayo, se logró un acuerdo significativo para el intercambio de prisioneros bajo el formato «1.000 por 1.000», además de presentarse un primer borrador para un posible alto el fuego. La segunda ronda, realizada el 2 de junio, permitió avances en materia humanitaria, con una propuesta enfocada en el intercambio de combatientes heridos, enfermos o menores de 25 años. En esa ocasión, Moscú ofreció suspender temporalmente las hostilidades en zonas específicas para permitir la recolección de cuerpos de soldados ucranianos caídos, pero esta iniciativa fue rechazada públicamente por el presidente ucraniano Volodímir Zelenski, según relató el jefe negociador ruso Vladímir Medinski.
Desde el Kremlin, también se destacó que Rusia ha cumplido unilateralmente con varios compromisos adquiridos, incluyendo la entrega de más de 6.000 cadáveres de combatientes ucranianos. Sin embargo, la negativa de Kiev a establecer un canal de diálogo directo con Moscú impide avanzar hacia un acuerdo más profundo.
En su intervención, Peskov también denunció que las potencias occidentales no solo alientan el conflicto en lo militar, sino que incluso introducen elementos de tensión nuclear al discurso público. Subrayó que, pese a este entorno adverso, la prioridad rusa sigue siendo la seguridad nacional y la defensa de sus intereses estratégicos, lo que continuará guiando su posición en futuras mesas de negociación.
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