El director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, lanzó una grave advertencia sobre la crisis humanitaria en Gaza, al denunciar que la inanición está siendo utilizada deliberadamente como método de guerra contra la población palestina.
“La hambruna se está utilizando como un arma de guerra. Es indignante, desgarrador e inaceptable”, declaró Tedros, quien exigió un alto al fuego inmediato y el levantamiento del asedio impuesto por Israel.
La declaración de Tedros se produce en el marco de una carta abierta firmada por más de 100 organizaciones humanitarias y de derechos humanos, entre ellas Amnistía Internacional, Oxfam, Save the Children y Human Rights Watch. El documento acusa al gobierno de Benjamin Netanyahu de provocar una hambruna masiva como forma de castigo colectivo, mediante el bloqueo del acceso a alimentos, agua potable y asistencia humanitaria.
Las organizaciones firmantes advierten que más de medio millón de personas en Gaza ya enfrentan condiciones de hambruna severa, en un contexto de bombardeos incesantes, desplazamiento forzado y destrucción sistemática de infraestructura agrícola.
La carta denuncia que el ejército israelí ha destruido deliberadamente campos de cultivo, almacenes de alimentos, pozos y sistemas de riego, lo que agrava aún más la crisis. Según los firmantes, estas acciones no son incidentales, sino parte de una estrategia deliberada que viola los principios fundamentales del derecho internacional humanitario.
Tedros hizo un llamado urgente a la comunidad internacional para que no guarde silencio ante este crimen: “El mundo no puede normalizar el uso del hambre como arma. Esto no puede ser ignorado ni justificado bajo ninguna circunstancia”.
Desde octubre de 2023, Gaza ha estado sometida a una campaña militar intensiva por parte del gobierno israelí, tras los ataques de Hamás. El resultado ha sido una crisis humanitaria de dimensiones catastróficas que, según múltiples agencias de la ONU, fue provocada y sostenida por decisiones políticas y militares calculadas.
“El hambre como arma de guerra es un crimen. Y el mundo está obligado a detenerlo”, concluyó el director de la OMS.
