Beijing rechazó 300 mil toneladas de soja supuestamente argentina, al comprobar que en realidad eran de origen estadounidense, camufladas para evadir los aranceles impuestos en el marco de la guerra comercial entre ambas potencias. La detección fue posible gracias al uso de tecnología para verificar el contenido y origen del producto.
El cargamento había sido reenvasado y exportado bajo bandera argentina, pero la proteína excedía los estándares sudamericanos, lo que despertó sospechas. Al abrir los costales, se encontró el embalaje original de Estados Unidos.
Alta tecnología para proteger sus importaciones
China ha desarrollado un sistema de verificación altamente sofisticado para proteger su mercado agrícola, utilizando:
- Huella genética y proteica del suelo, que permite determinar el lugar de cultivo;
- Monitoreo en tiempo real de rutas marítimas, que detecta incongruencias en trayectos declarados;
- Inspecciones automatizadas por algoritmo, que reducen corrupción e incrementan la precisión.
Un barco con supuesta soja brasileña fue interceptado tras haber estado días en el Misisipi, confirmando su origen estadounidense. Este tipo de medidas busca frenar el etiquetado fraudulento por parte de exportadores estadounidenses tras el bloqueo del mercado con China.
Guerra comercial y pérdidas para el agro estadounidense
La guerra comercial iniciada por Donald Trump ha causado pérdidas anuales de más de 27 mil millones de dólares al sector agrícola de EE.UU., provocando quiebras entre productores de soja. Ante ello, muchas empresas han recurrido a triangulaciones comerciales, exportando vía terceros países como Argentina o Brasil.
Pero China ha reforzado sus controles, y el mensaje es claro: no permitirá que se burle su régimen de sanciones.
El caso argentino se suma a otros episodios recientes con cargamentos brasileños rechazados por impurezas, aunque sin falsificación de origen. Uno de ellos involucró a la multinacional Louis Dreyfus, cuyo embarque fue retornado desde China por no cumplir con los estándares sanitarios.
China ha suspendido exportaciones de al menos cinco firmas brasileñas este año. Las autoridades han sido enfáticas en que la trazabilidad es prioritaria.
Para cerrar brechas, China colabora con Argentina y Brasil en un sistema basado en blockchain para rastrear cada paso del comercio de soja: desde la plantación hasta el envío y análisis de laboratorio. Esta red impide la manipulación de datos y garantiza transparencia.
Más allá del aspecto técnico, el rechazo del cargamento envía un mensaje geopolítico. Para China, se trata de “educación a través del dolor”, una estrategia que responde al uso de sanciones económicas por parte de EE.UU.
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Fotografía: Redes