Durante una visita a Escocia para reunirse con el primer ministro británico, Keir Starmer, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció que impondrá un nuevo límite de tiempo a Moscú, estableciendo entre 10 y 12 días para alcanzar un acuerdo que permita poner fin al conflicto entre Rusia y Ucrania.
Trump justificó esta decisión asegurando que no ve avances concretos en el proceso de paz y que, aunque ha tratado de mantener una postura flexible, considera innecesario seguir esperando. A pesar de esto, el mandatario aclaró que no cree haber sido engañado por Vladimir Putin, pero sí mencionó que hubo momentos anteriores donde todo indicaba que un alto el fuego era inminente, pero los intentos no prosperaron.
El presidente estadounidense destacó su histórico vínculo con el líder ruso, asegurando que mantuvieron una relación cordial y respetuosa incluso en tiempos tensos, como durante la controversia sobre la supuesta injerencia rusa en las elecciones de 2016. Sin embargo, Trump dejó en claro que actualmente ya no está tan dispuesto a sentarse a negociar como antes.
Además, Trump hizo referencia a los recursos naturales estratégicos de Rusia, particularmente a las tierras raras, las cuales considera un activo de valor en el comercio internacional. Subrayó la importancia de estos materiales, aunque no dio detalles sobre si formarían parte de las eventuales negociaciones.
En un tono más firme, amenazó con aplicar sanciones secundarias si no se logra un acuerdo en el nuevo plazo establecido, aunque dejó entrever que preferiría no llegar a ese punto. Trump matizó esta postura diciendo que no tiene intención de castigar al pueblo ruso, por el que afirmó tener aprecio.
Cabe recordar que hace solo unas semanas, el presidente había advertido que impondría aranceles del 100 % a cualquier país que continuara comerciando con Rusia si no se alcanzaba un entendimiento diplomático en un plazo de 50 días.
Desde el Kremlin, el portavoz Dmitri Peskov respondió que en Moscú las medidas tomadas desde Washington no se interpretan como señales de paz, sino como estímulos para la continuación del conflicto. No obstante, Peskov aseguró que Rusia sigue abierta a establecer un diálogo con Kiev, a pesar de que, hasta ahora, Ucrania no ha mostrado ninguna iniciativa concreta en ese sentido.
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