Tras 17 horas de nado ininterrumpido, el nadador poblano Abraham Elías Jauli Aguirre alcanzó un logro reservado para unos pocos: cruzar el Canal de la Mancha, una de las pruebas más desafiantes en el mundo de la natación en aguas abiertas.
La hazaña ocurrió este 30 de julio, cuando Jauli, de 30 años, partió desde Dover, en el Reino Unido, rumbo a las costas de Francia. Durante el recorrido enfrentó temperaturas gélidas y condiciones marinas impredecibles, que alargaron la distancia de los 34 kilómetros estimados a casi 40 kilómetros reales. Su esfuerzo fue registrado y certificado por la Channel Swimming Association (CSA), autoridad internacional en este tipo de travesías.
La prueba fue ejecutada bajo el estricto reglamento de nado libre y sin asistencia, lo que implica nadar sin apoyo físico de embarcaciones o personas, únicamente con un gorro, goggles y traje de baño. A bordo del barco “Rowena”, que lo acompañó durante todo el trayecto, viajaban su madre, su hermano, amigos cercanos, un equipo médico y su cuerpo técnico.
Para alcanzar este punto, Abraham se preparó durante dos años intensos, que incluyeron entrenamientos en aguas frías y jornadas de meditación y nutrición especializada. Parte de su preparación tuvo lugar en Montreal, Canadá, ciudad en la que reside actualmente, y donde perfeccionó su resistencia con prácticas a temperaturas de hasta 10 grados centígrados. También realizó en Vancouver la prueba oficial de ocho horas continuas en agua fría, requisito indispensable para obtener la autorización de la CSA.
Entre las personas clave que lo guiaron en este proceso se encuentran Nora Toledano y Zenón Castillo, ambos referentes del nado en aguas abiertas. Zenón también fue el entrenador de su padre, Salomón Jauli Dávila, quien en 1996 cruzó el Canal de la Mancha en un tiempo de 15 horas y 15 minutos. Esta conexión familiar fue una motivación esencial para Abraham, quien asumió el reto como un homenaje a su linaje deportivo.
Con esta hazaña, Abraham Jauli se integra al selecto grupo de mexicanos que han logrado superar este icónico cruce entre Inglaterra y Francia, reafirmando que la constancia, la preparación y la pasión pueden llevar al ser humano más allá de sus propios límites.
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