El Ejército sudanés afirmó haber derribado un avión emiratí que transportaba a decenas de mercenarios colombianos, en un contexto marcado por una guerra civil prolongada y la creciente denuncia de injerencias extranjeras en el conflicto.
Según medios estatales, el ataque ocurrió el 6 de agosto en el aeropuerto de Nyala, controlado por el grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR), con saldo de al menos 40 personas muertas y la destrucción de armamento a bordo.
Una fuente militar aseguró que la aeronave fue rastreada desde su despegue en el Golfo Pérsico y destruida durante el aterrizaje, en lo que calificaron como una acción para proteger la “soberanía sudanesa”.
El gobierno sudanés ha acusado reiteradamente a Emiratos Árabes Unidos de financiar y armar al grupo paramilitar FAR, incluyendo el uso de drones y el envío de combatientes extranjeros.
“Este ataque es un mensaje claro para dentro y fuera del país: la soberanía sudanesa es una línea roja”, señaló el Ejército en un comunicado citado por medios locales como Sudan Tribune.
Desde el inicio de la guerra civil en abril de 2023, más de 20 mil personas han muerto y 13 millones han sido desplazadas, según datos de la ONU, aunque organizaciones independientes advierten que el número de víctimas podría ser mucho mayor.
La participación de mercenarios latinoamericanos ha sido señalada como parte del deterioro de la seguridad regional. El presidente de Colombia, Gustavo Petro, ordenó a su embajada en Egipto investigar cuántos ciudadanos colombianos murieron en el ataque. “Se habla sin confirmar de 40. Veremos si logramos el retorno de sus cuerpos”, publicó en X.
Sudán ha alertado sobre la presencia de “cientos de miles de mercenarios extranjeros” en su territorio, lo que agrava una de las crisis humanitarias más graves del planeta. Por su parte, Emiratos Árabes Unidos ha negado todas las acusaciones, pese a informes de organismos internacionales que sugieren lo contrario.
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Fotografía: Wang Hao