En medio de crecientes presiones internacionales por poner fin a la guerra en Ucrania, el presidente ruso Vladimir Putin propuso que Emiratos Árabes Unidos sea la sede de una posible reunión bilateral con Donald Trump, en lo que podría marcar un punto de inflexión diplomático en el conflicto. La propuesta surgió tras un encuentro en Moscú con el presidente emiratí, Mohamed bin Zayed Al Nahyan, quien se mostró receptivo a la iniciativa.
Aunque Putin ha reiterado su disposición a dialogar con su homólogo ucraniano, Volodimir Zelenski, también ha sido claro en que las condiciones para ese encuentro aún están lejos de cumplirse, aludiendo a la necesidad de que se establezca previamente un marco favorable para el diálogo.
Por su parte, el asesor del Kremlin, Yuri Ushakov, anticipó que la reunión entre Trump y Putin podría tener lugar «en los próximos días», sin dar detalles precisos sobre la fecha ni confirmar oficialmente la sede, aunque dejó claro que la prioridad del gobierno ruso es organizar una cumbre bilateral exclusivamente entre Moscú y Washington, sin la participación de Ucrania.
Este enfoque ha generado inquietudes en Kiev. El gobierno ucraniano teme quedar marginado en las negociaciones internacionales, dado que ha insistido reiteradamente en mantener un encuentro directo con Putin. Sin embargo, desde Moscú se insiste en que cualquier reunión entre ambos mandatarios debería tener lugar únicamente si previamente se ha alcanzado un avance significativo en las negociaciones lideradas por sus respectivas delegaciones.
Fuentes en la Casa Blanca han señalado que Estados Unidos condiciona la posible cumbre entre Trump y Putin a la participación de Zelenski, aunque internamente se preparan para imponer nuevas sanciones a Rusia en caso de no observar avances concretos hacia un alto el fuego.
Kirill Dmitriev, quien encabeza el fondo soberano ruso, considera que una reunión entre los líderes de Rusia y Estados Unidos podría facilitar un entendimiento mutuo no solo en el terreno político, sino también en el ámbito económico, incluyendo temas como inversiones conjuntas y recursos estratégicos.
De concretarse, esta sería la primera reunión oficial entre Putin y Trump desde el regreso del expresidente republicano a la Casa Blanca. Aunque no hay garantías de que la cumbre derive en una solución definitiva al conflicto, su realización marcaría un giro en la postura internacional, particularmente frente a la estrategia de la administración Biden, que ha defendido el principio de no negociar sobre Ucrania sin incluir a Kiev.
En tanto, el Kremlin insiste en que la guerra solo terminará bajo términos favorables para Moscú, mientras en el terreno continúan los enfrentamientos y aumentan las víctimas. La ONU estima que el conflicto ya ha causado más de 12.000 muertes civiles y decenas de miles de bajas militares.
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