Condena Alto Comisionado ONU para los Derechos Humanos estallido de violencia de julio en este del Congo

Volker Turk condenó el brutal ataque del grupo M23 en la RDC, que dejó 319 civiles muertos a pesar de un alto al fuego reciente.

NUEVA YORK, 7 DE AGOSTO DE 2025. El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Turk, condenó durante reunión solemne la escalada de ataques mortales del Movimiento 23 de Marzo (M23) y otros grupos armados -en su mayoría, metástasis de Isis-, contra civiles en el este de la República Democrática del Congo (RDC) .

Entre el 9 y el 23 de julio de 2025, la República Democrática del Congo (RDC) vivió un estallido de violencia atribuido al grupo rebelde Movimiento 23 de Marzo (M23), una milicia respaldada por Ruanda que opera en la conflictiva región oriental del país. Según informes de la Oficina de Derechos Humanos de la ONU, durante este periodo el M23 perpetró ataques brutales en al menos cuatro aldeas del territorio de Rutshuru, en la provincia de Kivu Norte, dejando un saldo de al menos 319 civiles asesinados, entre ellos mujeres y niños.

La mayoría de las víctimas eran campesinos que se encontraban en sus campos durante la temporada de siembra, lo que evidencia el carácter indiscriminado y letal de estos ataques.

La violencia del M23 sigue siendo altamente preocupante, especialmente porque tuvo lugar a pesar de un acuerdo de alto al fuego firmado en Doha, Catar, el 19 de julio de 2025 entre el gobierno congoleño y dicha milicia. El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Türk, expresó su conmoción ante estos ataques y urgió a detener de inmediato cualquier agresión contra la población civil, demandando además que los responsables rindan cuentas por sus crímenes. Estos ataques constituyen uno de los episodios más sangrientos desde que el M23 resurgió como amenaza militar en 2022.

Escalada humanitaria en medio de múltiples conflictos

La situación generó una profunda crisis humanitaria en la región. Las ofensivas armadas obligaron a miles de personas a desplazarse internamente para huir de la violencia, exacerbando las necesidades ya críticas de alimentos, atención médica y refugio. Las poblaciones desplazadas enfrentan problemas agravados por la destrucción de infraestructuras sanitarias y la saturación de los servicios de salud, además del riesgo creciente de enfermedades como el cólera y la malaria debido a las condiciones precarias de los campamentos y la falta de agua potable.

Esta escalada de violencia se suma a un contexto de múltiples conflictos en el este del Congo, donde otros grupos armados como las Fuerzas Democráticas Aliadas (ADF) han cometido también ataques brutales, como la ejecución de 38 feligreses a disparos y a golpes de machete, mientras pernoctaban en una iglesia católica, en la ciudad de Komanda, reportada por esta casa editorial el pasado 27 de julio. En esa misma fecha, ocho mujeres fueron violadas por miembros del grupo armado Raia Mutomboki/Wazalendo en la aldea de Busolo, en Kivu del Sur.

Casi una semana antes, como informó el Alto Comisionado , «miembros de CODECO mataron el 21 de julio a tres civiles e hirieron a otro en la aldea de Lopa.

La comunidad internacional, a través de la misión de paz MONUSCO y diversas agencias humanitarias, intensificó sus esfuerzos para proteger a la población, facilitar ayuda y trabajar con las autoridades congoleñas en estabilizar las áreas afectadas.

La violencia infligida por M23, brutalmente registrada en la memoria colectiva congoleña durante dos semanas de julio de 2025, ha dejado una herida profunda en la población del este de la RDC, generando una crisis humanitaria que requiere atención urgente, con el llamado firme a cesar los ataques sobre civiles y a avanzar en procesos sostenibles de paz y seguridad en la región.

FOTOGRAFÍA: X

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