El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, declaró públicamente que su gobierno tiene la intención de establecer control total sobre la Franja de Gaza, aunque niega que se trate de una anexión o de un intento por gobernar directamente el territorio palestino.
En entrevista con la cadena estadounidense Fox News, el mandatario señaló que el objetivo del operativo militar en curso es garantizar un “perímetro de seguridad” para Israel, erradicar a Hamás —organización considerada terrorista por Estados Unidos y la Unión Europea— y eventualmente trasladar el control del enclave a una “administración árabe” que no represente una amenaza para Tel Aviv. No ofreció detalles sobre qué actores políticos asumirían esa supuesta autoridad civil.
“Queremos tener un perímetro de seguridad. No queremos gobernarla”, dijo Netanyahu, al referirse a Gaza. Aunque reiteró que el plan no incluye anexión formal, diversos analistas advierten que esta estrategia consolida un régimen de ocupación militar encubierta, en violación del derecho internacional humanitario.
Ofensiva ampliada y desplazamientos masivos
Fuentes militares y medios locales anticipan que Netanyahu buscará la aprobación de su gabinete de seguridad para ampliar las operaciones en zonas densamente pobladas de Gaza, incluso aquellas donde se presume hay civiles secuestrados. Israel sostiene que al menos 50 personas siguen retenidas, aunque reconoce que solo una veintena estaría con vida.
El gobierno israelí también contempla, como parte de su ofensiva terrestre, el desplazamiento forzado de al menos un millón de personas desde Ciudad de Gaza hacia Mawasi, una región costera ya sobrepoblada. Esta acción incluiría, según reportes, la toma de campos de refugiados y la militarización de corredores humanitarios, lo cual podría agudizar la crisis humanitaria.
Preocupación internacional: “consecuencias catastróficas”
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) advirtió que cualquier intento por reconfigurar demográficamente Gaza mediante desplazamientos masivos y control militar prolongado tendría “consecuencias catastróficas” para la población civil, ya duramente golpeada por los bombardeos, el colapso sanitario y el bloqueo total impuesto por Israel desde octubre de 2023.
Organismos humanitarios han denunciado que la narrativa israelí de “liberación” encubre una estrategia prolongada de despojo territorial, destrucción sistemática de infraestructura civil y violación de derechos humanos, incluyendo ataques indiscriminados a hospitales, escuelas y refugios de la ONU.
¿Administración civil o extensión del control israelí?
Aunque Netanyahu promete que el control israelí sería temporal y con fines de seguridad, no ha detallado qué mecanismo o actores internacionales garantizarían una transición legítima ni cómo se respetará el derecho del pueblo palestino a la autodeterminación.
Diversas voces en la comunidad internacional temen que esta nueva fase de la guerra implique una ocupación de facto, prolongada en el tiempo y sustentada en una arquitectura legal e institucional que reproduce el apartheid y el despojo territorial en nombre de la seguridad nacional israelí.