La música urbana, el Caribe y la historia colonial de Puerto Rico se darán cita en las aulas de la Universidad de Yale, una de las instituciones académicas más prestigiosas de Estados Unidos. A partir de septiembre, Yale ofrecerá un curso centrado en el fenómeno cultural de Bad Bunny, el artista puertorriqueño que ha transformado el reguetón en una herramienta para visibilizar las contradicciones sociales, políticas y culturales entre la isla y el gobierno estadounidense.
La propuesta académica surge del profesor Albert Laguna, especialista en estudios culturales y literatura, quien explicó en entrevista con la BBC que la obra musical de Bad Bunny —y en particular su último álbum, «Debí tirar más fotos»— permite articular discusiones fundamentales sobre el colonialismo, la migración, la identidad caribeña y las tensiones raciales y de clase que atraviesan a la comunidad puertorriqueña, dentro y fuera de la isla.
El curso no se limitará al análisis de letras o ritmos. Utilizará el disco como punto de partida para comprender procesos históricos como la migración caribeña hacia ciudades como Nueva York, la relación asimétrica entre Puerto Rico y Estados Unidos, y la resistencia cultural que emerge desde las expresiones populares. A través de canciones como Nuevayol o TURiSTA, el programa abordará cómo el reguetón se ha convertido en vehículo de memoria, denuncia y afirmación identitaria.
La música de Bad Bunny, que ha logrado posicionarse en los primeros lugares de popularidad global y ha sido reconocida con múltiples premios internacionales, también funciona como archivo sonoro de la diáspora y plataforma de crítica social. Su fusión de géneros —que incorpora salsa, plena, bomba, bachata y música jíbara— permite conectar a nuevas generaciones con raíces musicales históricamente marginalizadas, pero fundamentales para entender el desarrollo cultural del Caribe.
Más allá del fenómeno comercial, el curso busca reivindicar el valor académico de la música popular y romper con los prejuicios que la relegan a espacios ajenos a la reflexión crítica. En ese sentido, la inclusión de Bad Bunny en el currículo de Yale se convierte en un gesto político: visibiliza a Puerto Rico como un territorio históricamente colonizado, y reconoce la música urbana como un campo legítimo de estudio sobre etnicidad, raza, clase, género y poder.
La iniciativa también cobra relevancia en un contexto en el que las políticas educativas en Estados Unidos enfrentan retrocesos impulsados por el gobierno de Donald Trump, particularmente en temas de diversidad, inclusión y libertad académica. La reciente presión contra universidades como Harvard y la desfinanciación de programas progresistas evidencian un intento de censura ideológica y exclusión cultural. Frente a ello, el curso sobre Bad Bunny representa una defensa del pensamiento crítico y una afirmación de las voces que históricamente han sido marginadas en la academia.
La propuesta ha generado entusiasmo entre estudiantes de distintas edades, quienes ven en este espacio una oportunidad para reflexionar sobre su identidad, su historia y su lugar en la sociedad estadounidense. El aula de Yale se convierte, así, en un nuevo escenario donde el Caribe habla, canta y exige ser escuchado.